SpaceX propone volver a la Luna por turismo
Medio siglo después de la llegada del hombre, partirán los primeros civiles en un Dragon V2
Hay dos personas que no tienen vínculo con Hollywood ni con la NASA, pero sí tienen el suficiente dinero para pagarle a SpaceX por un viaje a la Luna.
De ellos no se conoce su nombre, su edad, ni su origen, solo que lo harán a finales del 2018 a bordo de la cápsula para tripulación Dragon V2. Claro, “si todo marcha según lo previsto”, según Elon Musk, el fundador de la empresa.
La misión despegará desde la plataforma 39A del Centro Espacial Kennedy que la NASA tiene en Cabo Cañaveral (Florida) la misma plataforma desde la que despegaron las misiones Apolo hace más de cuatro décadas, poniendo a los astronautas en órbita lunar y después sobre la superficie. Sin embargo, los turistas de SpaceX no pisarán la Luna; el viaje los catapultaría alrededor de la misma antes de regresar a la Tierra.
Después de salir de la órbita, la nave rodearía la Luna y se aventuraría brevemente en el espacio más profundo antes de volver a casa. El itinerario sugiere que el viaje durará alrededor de una semana y recorrerá hasta 643.738 kilómetros.
“Se trata de gran oportunidad para volver a explorar el espacio profundo por primera vez en 45 años, además de viajar más rápido y más lejos dentro del Sistema Solar que nunca antes”, explica la compañía en su página web, en donde además se pueden conocer las veces que ha transportado mercancías desde y hacia la Estación Espacial Internacional (EEI) desde 2012, y su plan ambicioso de enviar personas a Marte en un futuro próximo.
Los turistas, a pesar de financiar parte del proyecto, no pueden volar hasta que no cumplan con las revisiones médicas y los regímenes de entrenamiento. Los astronautas que se preparan para misiones a bordo de la EEI, por ejemplo, tienen una condición física excepcional. Se someten a un sinfín de exámenes físicos y para los desafíos de microgravedad se entrenan usando simuladores, incluyendo réplicas sumergidas de la estación espacial.
¿Qué podría salir mal? Un montón de cosas. Los cohetes estallan, los sistemas de soporte de vida fallan, y no es precisamente sencillo atravesar en picado de forma segura la atmósfera de la Tierra. Eso es solo la parte técnica. Los retos psicológicos también son un área activa de investigación, y definitivamente no es posible expulsar al miembro del equipo más desagradable una vez que la nave espacial está en camino.
Con una fecha de lanzamiento muy ambiciosa prevista para el año que viene, el plan de SpaceX es atrevido y depende aún de muchas pruebas. Pero no hay duda de que será muy emocionante, cuándo y cómo quiera que suceda.