“El sur también es Quito, necesitamos universidades”
A ciudadanos que votarán por asambleístas de la circunscripción 2 en la capital les preocupa la educación, salud y seguridad
Los habitantes del sur de Quito suelen decir, en broma y en serio, que incluso la virgen del Panecillo les ha dado la espalda. “Que ella esté mirando al centro trae un simbolismo”, comenta Dolores Nazate, gestora cultural y moradora de La Ferroviaria. Y recuerda que hace años se organizó el concierto ‘De Espaldas al Norte’, buscando impactar en el imaginario colectivo.
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Leer másLa circunscripción electoral número 2 del Distrito Metropolitano de Quito abarca una de las zonas más populares: el sur. Son 14 de las parroquias más pobladas de la urbe, como Guamaní, Solanda, Quitumbe y Turubamba, que está al extremo.
De acuerdo con los datos del Consejo Nacional Electoral (CNE), la circunscripción número 2 tiene 924.804 electores.
Educación
En el Parque de La Magdalena, Gladys Ordóñez cuenta que vive en la parroquia hace 48 de sus 64 años. Ella llegó desde Sibambe, un pueblito de Chimborazo. Es presidenta del barrio, del comité local de salud y vicepresidenta de la Federación de Barrios de Quito, entre otros cargos de representación.
“El sur también es Quito y tiene necesidades”, recalca esta dirigente. Y enumera algunas temáticas que quisiera que los asambleístas elegidos tomen en cuenta a la hora de legislar: extensiones universitarias para esta zona, más atención hospitalaria y medicinas, pues no tienen seguro privado ni afiliación al IESS, seguridad y fuentes de trabajo.
“En La Magdalena hay alto consumo de sustancias psicotrópicas, alcohol; los chicos así son presa fácil de las bandas. Hay más licorerías que farmacias y poco control. Gracias a Dios no hemos enfrentado extorsiones”, dice Gladys.
Seguridad y desnutrición
Carmen Ramos abre el portón de la casa barrial de la Clemente Ballén, en San Bartolo. Cree que principalmente hay que trabajar en políticas para atacar la inseguridad; en brindar herramientas para combatir la desnutrición de los niños del sur y en oportunidades para que los jóvenes puedan trabajar.
“Mis dos hijas son ingenieras, una se graduó hace diez años y no encontró trabajo. Otra hija, ingeniera biomédica, egresada de Yachay, se fue a otro país para desempeñarse en algo que no tiene que ver con su carrera”.
Para Carmen hay que revisar las leyes educativas, le parece que ha bajado el nivel y la calidad; los chicos no se preocupan por estudiar para pasar el año; la salud está abandonada, los adultos mayores van a los centros y no hay medicamentos.
Gabriela Pérez, de 33 años, vive en Chiriyacu y es dirigente del Cabildo de La Ferroviaria. Lamenta que se subestime a los barrios del sur, que son más populares. Le parece que la mayoría de candidatos no viven en la zona. Pide que trabajen en una norma para que los gobiernos locales prendan las alertas y levanten un proyecto cuando aparezcan pintas o grafitis en los muros de sectores, algunos de ellos están abandonados y se vuelven más inseguros.
También, Pérez cree que deben seguir trabajando en propuestas para mejorar la movilidad, aunque sea competencia municipal. Persisten las peleas por pasajeros en ciertas zonas y en otras, el ciudadano se expone al caminar largos tramos o tomar taxis rutas, dice.
Dolores Nazate se suma al pedido de universidades para el sur. Y además consulta: ¿qué pasa con la cultura para los sureños? Y señala que solo llega hasta El Ejido, donde se ubica la Casa de la Cultura, en Quito.
Nazate, como gestora cultural de Trenzando Zures, espera que los legisladores propongan una implementación de un verdadero sistema de cultura, que haga posible tener extensiones en las diferentes zonas de la ciudad. “El Ministerio del ramo debería apoyar ese proceso, no moverse de forma aislada”.
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