Solca. Entre risas o agobiados, ayer, algunos pacientes oncológicos se sometieron a su tratamiento de quimioterapia en la matriz de la entidad.

En Tarqui 2 hay mas incidencia de cancer

Jorge Caicedo es guayaquileño, tiene 56 años y padece cáncer de próstata. Fui diagnosticado hace apenas un año, en una tarde soleada, lo recuerda bien, en la que se desvaneció luego de conocer la noticia.

Jorge Caicedo es guayaquileño, tiene 56 años y padece cáncer de próstata. Fui diagnosticado hace apenas un año, en una tarde soleada, lo recuerda bien, en la que se desvaneció luego de conocer la noticia.

Jorge, quien a la fecha se ha sometido ya a 12 sesiones de quimioterapia, dice sentirse “en paz”. Su tipo de cáncer, el más común en varones, con una prevalencia del 19 % en Guayaquil, está en fase inicial.

Los médicos, a quienes llama sus “ángeles de la guarda”, le han dicho que se va a recuperar, que podrá llevar una vida saludable y, prácticamente, ver a sus nietos crecer...

Él, padre de tres mujeres, vive en la cooperativa Martha de Roldós, ubicada en el Distrito Tarqui 2; precisamente la zona (integrada también por las ciudadelas Bellavista, Samanes y los populosos sectores de Mapasingue y Florida) en la que se presentan los mayores casos de este tipo de cáncer en la ciudad: de 14 a 23 por cada 100.000 habitantes.

Según cifras oficiales emitidas por Solca, un promedio de 3.535 casos nuevos de cánceres aparecen anualmente en la urbe. El 57 % de ellos en mujeres, siendo el de mama, con un 18 %; y el de piel, con un 12 %, los más comunes en la actualidad.

La mayoría, al igual que en los varones y con una incidencia de 30 a 43 casos por cada 100.000 pobladores, lo padecen mujeres que residen también en el Distrito 6 y en el centro de la ciudad. Le siguen, con un alcance similar, las que habitan en Puerto Hondo, Chongón, Flor de Bastión y Nueva Prosperina.

En sí sectores en los que, a decir de Rina Quinto, coordinadora médica de las unidades de Solca, los hombres y mujeres no son partícipes de hacerse sus chequeos preventivos oncológicos a tiempo, o bien por descuido, falta de dinero, tiempo o distancia.

El pasado miércoles, con la finalidad de cubrir precisamente estas necesidades, Solca inauguró un centro de detección temprana en Nueva Prosperina.

El dispensario, que busca prevenir, a través de chequeos estos tipos de cánceres, es apenas 1 de los 6 establecimientos que la entidad prevé levantar hasta el 2017 en los sectores urbanos marginales de la ciudad. Monte Sinaí y el Guasmo son algunos de ellos.

“Nuestra intención es que los individuos que viven en las zonas periféricas de Guayaquil, en algunos puntos específicos del distrito Tarqui, Pascuales y Ximena, por citar algunos, prevengan el mal”, afirma Héctor Plaza, gerente general de Solca.

“En nuestra matriz son algunos los pacientes de estas áreas que han llegado con la enfermedad en estados ya tardíos, que solo les causan sufrimiento”. Y eso, concluye, es lo que quieren evitar.

Al momento no existe una razón específica, a más de la mencionada (falta de chequeos), que confirme por qué en estas zonas el índice del cáncer es más elevado. En una infinidad de veces se ha dicho que los males oncológicos no tienen nada que ver con la raza, el color o la situación económica. Lo que se sabe, coinciden los expertos, es que una detección oportuna puede salvarlos.

Los excesos (tabaco, alcohol...) y el hecho de hacer caso omiso a las molestias en el organismo, por ejemplo, en ellos y ellas, recalca Quinto, da cabida a la dolencia. “Una visita al ginecólogo, al urólogo o al médico general nunca están de más. Existen pruebas muy sencillas que pueden evitarnos el sufrimiento”, puntualiza.