El tema de la corrupcion llega hasta el Vaticano
El papa Francisco recibió ayer por primera vez en el Vaticano al presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y durante el encuentro privado abordaron la situación de la Amazonía y un tema espinoso: la corrupción.
El papa Francisco recibió ayer por primera vez en el Vaticano al presidente de Ecuador, Lenín Moreno, y durante el encuentro privado abordaron la situación de la Amazonía y un tema espinoso: la corrupción.
La reunión en la Biblioteca del Pontífice, a solas y durante 42 minutos, más larga de lo habitual, se dio después de que ambos se encontraran en la sala del Tronetto del Palacio Apostólico.
Hasta ese lugar acompañaron al mandatario su esposa, Rocío González, su hija con su esposo y la ministra de Exteriores, María Fernanda Espinosa, además del titular de Turismo, Enrique Ponce de León, y el secretario nacional de Gestión de la Política, Miguel Carvajal.
A su llegada, la comitiva, con Moreno a la cabeza, desfiló solemne acompañada por un séquito de gentilhombres por los pasillos del Palacio Apostólico, admirando sus impresionantes bóvedas, decoradas con ricos frescos y custodiados por la Guardia Suiza.
La Santa Sede informó en un breve comunicado que en el encuentro, “desarrollado en un clima de cordialidad”, se abordaron temas “de interés común” como “el respeto por los pueblos indígenas y su cultura, así como la protección del medioambiente”.
Durante la audiencia privada se abordó también un tema espinoso para el gobierno de Moreno, el de la corrupción.
“Hubo un fructífero intercambio de puntos de vista sobre la situación política y social de la región, prestando atención a los esfuerzos para favorecer el desarrollo y promover la legalidad”, subrayó el comunicado del Vaticano.
Además, se resaltó “el papel particular del cristianismo en la formación de la identidad del país” y también se manifestó “aprecio por la contribución de la Iglesia (católica)”.
Tras la reunión se procedió a la entrega de regalos. El presidente Moreno, visiblemente emocionado ante el Papa, llevó al Vaticano una caja con “toda la variedad de chocolates” que se fabrican en Ecuador.
El Pontífice sonrió y, observando el obsequio, decorado con una rosa roja, respondió divertido: “Esto es una buena ayuda para los que necesitan colesterol”.
Luego entregó un sombrero y un adorno de escritorio en plata realizado en las islas Galápagos al Pontífice, quien visitó Ecuador en julio de 2015.
Francisco, por su parte, obsequió a Moreno una escultura que representa un olivo y le confesó que le gusta entregársela a los mandatarios porque representa la paz.
Además, como hace habitualmente, el Papa regaló a Moreno los ejemplares de sus exhortaciones apostólicas Evangelii Gaudium (2013) y Amoris Laetitia (2016), además de su encíclica sobre el medioambiente Laudato si (2015).
Al presentarle esta última, Francisco aludió a la conversación que ambos mantuvieron sobre “el Amazonas”, una de sus preocupaciones a la que precisamente dedicará un Sínodo en 2019 para la conservación de este santuario natural y pulmón del planeta y la protección de sus poblaciones.
Acto seguido, Francisco despidió a la delegación ecuatoriana, pidiendo a la esposa de Moreno que rezara por él. En Twitter, Moreno explicó que mantuvo “un enriquecedor diálogo con el Papa” sobre el plan ‘Toda Una Vida’ y “sobre los temas urgentes para la transformación del ser humano: la pobreza, la paz, la migración, la inclusión y la conservación del planeta”.
Le devuelven una tzantza
El presidente Moreno acudió también a los Museos Vaticanos para recibir una tzantza, el cráneo reducido de un guerrero de la tribu Shuar que llegó en 1925 por un misionero y que nunca ha sido expuesta.
Así la Santa Sede devuelve esta pieza a Ecuador; esta se entregará al Museo Etnográfico de Pumapungo, en Cuenca.
La reunión con el Papa fue el último acto del viaje oficial de Moreno a Italia.
Su gira europea concluirá en España, adonde llegará hoy. Allí se reunirá con la amplia comunidad ecuatoriana residente en ese país, antes de sus encuentros oficiales de mañana con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, y con el rey Felipe VI.