"El tercer año de bachillerato debería convertirse en un preuniversitario"
Galo Naranjo López, presidente de la Asamblea del Sistema de Educación Superior, promueve una Agenda 2040 de Educación, basada en un diálogo nacional.
CONTEXTO: La polémica por la Prueba Ser Bachiller y la reiterada inseguridad en su aplicación han motivado protestas de padres y estudiantes; y generado un debate en torno a su continuidad. El presidente Lenín Moreno ordenó la salida del director del Ineval y anunció más cupos en las universidades en este año.
El rector de la Universidad Técnica de Ambato atiende la entrevista telefónica de EXPRESO en su despacho el viernes, tras dos días de participar en reuniones en Quito sobre temas relacionados con la educación superior y de compartir la propuesta que tienen al respecto.
- ¿Qué opina el presidente de la Asamblea del Sistema de Educación Superior sobre el debate en torno a las pruebas Ser Bachiller y el ingreso a la universidad?
- Es fundamental dialogar en torno a la educación del país en todos sus niveles. Y trabajarlo de manera integral. No es simplemente un examen: es analizar a fondo las causas que permitan que nuestra educación sea pertinente, de calidad y en beneficio de todos los sectores sociales. Si no se hace ese análisis integral, estaremos poniendo parches.
- ¿Qué plantea la Asamblea?
- Como Asamblea de la Educación Superior estamos planteando la necesidad de construir la ‘Agenda 2040’ y allí uno de los temas clave es la integralidad del sistema educativo nacional y cómo lograr que un mayor número de personas acceda a la educación superior; algo que yo trabajo en dos ámbitos: el de la técnica y la tecnología, tan indispensables para el desarrollo productivo de un país; y el de la producción de conocimiento científico.
- ¿Cuando dice integralidad se refiere a integrar todos estos sistemas?, ¿a articularlos?
- Efectivamente, articular. Estableciendo perfiles de ingreso y egreso. Por señalar algo, cuál es el perfil de ingreso que requieren las instituciones de educación superior, sea a nivel técnico y tecnológico o universitario y politécnico. Pero en un diálogo conjunto en donde no se acuse al otro de ineficiencia. Lo que necesita el país es que hagamos propuestas concretas. Y ese diálogo debe ser muy productivo, porque están de por medio nuestros jóvenes, está de por medio el factor de transformación más importante de cualquier país, como es la educación. Entonces, si trabajamos de manera articulada, con diferentes iniciativas, podemos lograr el mejoramiento cualitativo y la pertinencia de la educación en todos sus niveles.
- Ese diálogo y esa articulación son necesarios para el país, pero son a largo plazo, porque deben tomarse algunas decisiones políticas, ejecutarlas y esperar un tiempo para ver los resultados. Hasta tanto, en lo coyuntural, ¿están de acuerdo con que se mantenga el examen nacional para el ingreso a la universidad?
- Todos los países del mundo tienen una prueba de ingreso. Lo importante es que esa prueba se refiera en mi concepto a aptitudes, porque las aptitudes son innatas y tienen relación con el pensamiento lógico matemático, el pensamiento abstracto, la comprensión lectora. Si nos centramos en conocimientos, podemos discriminar a nuestra población, porque no es lo mismo el trabajo que pueda realizar un colegio de élite en una capital de provincial que uno de la zona rural.
- Usted citaba una propuesta.
- Tenemos una propuesta: el tercer año de bachillerato de todos los colegios debe convertirse en un preuniversitario, pretecnológico o prepolitécnico, para trabajar intensamente y lograr que los estudiantes se orienten adecuadamente a una carrera donde tengan toda la aptitud, donde sean líderes, donde puedan desarrollar todo su potencial. Valorando de igual manera la formación técnica y tecnológica que la universitaria y politécnica.
- ¿Es una propuesta de la Asamblea o de su universidad?
- Me refiero a la universidad. Nosotros hicimos una prueba piloto con el colegio Ambato. En el último año de bachillerato se les daba lo que llamamos el preuniversitario para afianzar lo que ya habían descubierto los estudiantes: que unos privilegiaban las ingenierías, entonces les enseñábamos cómo robustecer el pensamiento lógico matemático; a otros les encantaban las áreas sociales, cómo permitir que desarrollen esas aptitudes; otros se inclinaban hacia ciencias médicas, empresariales... Lo que se trataba era articular eso y prepararles en las mejores condiciones, porque la universidad no puede nivelar en dos meses, tres meses e incluso en un semestre, aquello que constituye una falla estructural de nuestro sistema de educación.
- ¿Cuáles fueron los resultados?
- Se lograron resultados satisfactorios porque, en primer lugar, ya no hubo la deserción que ocurre cuando el estudiante no sabe qué carrera seguir, porque ha habido toda una preparación a través de los departamentos de orientación vocacional. Y, por otra parte, los preparábamos sabiendo cuál era el perfil de ingreso que requerían las universidades. El proyecto no avanzó, pero puede ser muy significativo en este diálogo en que hemos invitado a la ministra de Educación, para buscar nuevas alternativas y formas de ayudar a nuestros jóvenes.
- ¿Han recibido respuesta a ese llamado al diálogo?
- Ayer (jueves) tuvimos un diálogo en la Presidencia de la República, en donde se plantearon cuatro preguntas fundamentales. La primera es qué tipo de evaluación se debe usar para el ingreso a las instituciones de educación superior. La segunda, cómo alcanzar un equilibrio entre méritos y equidad social en el acceso; la tercera, cómo ampliar la oferta académica a nivel nacional; y la cuarta, cómo diversificar la oferta de carreras. Y en ese contexto la reflexión se orientaba a trabajar con el Ministerio de Educación, a establecer políticas de Estado que superen los ámbitos de un gobierno. Hemos planteado la necesidad de mesas de trabajo sobre cada uno de estos temas.
- Ese día, antes o después de esa reunión, el presidente Lenín Moreno anunció el aumento de cupos en la educación superior en este año. ¿La solución está en más cupos? ¿Están las instituciones públicas en capacidad de recibir a más alumnos?
- Hay un enorme deseo de las instituciones de educación superior para que más jóvenes puedan acceder. Pero eso pasa por diferentes análisis y temas: en qué aulas, con qué infraestructura, con qué talento humano... Y eso necesariamente nos hace llegar a algo fundamental, que es el presupuesto...
- Y este año se recortó el presupuesto a la educación superior...
Ha habido primero una nueva fórmula de reparto de recursos. Alrededor de $ 1.100 millones están destinados a la educación superior en Ecuador, que comparado con otros países, no es significativo. Se debe también a problemas financieros que tenemos en el país y que todos debemos contribuir a resolver. El asunto es reflexionar con iniciativas válidas que pueden surgir para incrementar recursos en educación. Solo los países que le apostaron a la educación están consiguiendo grandes logros en el mundo. En ese sentido, vuelvo a repetir la necesidad de una ‘Agenda 2040’ de políticas de Estado que vayan solidificando el financiamiento de la educación superior y de la educación en general.
Ese tercer año de bachillerato es clave para facilitar el ingreso de los estudiantes a la educación superior y lograr que las aptitudes de los jóvenes se pongan de manifiesto.