Testimonios del COVID-19: así vencieron Nicole Toledo y su familia al “huésped maldito”
Esta es la experiencia de una periodista y presentadora de Teleradio de Guayaquil, sobre cómo las infusiones y remedios caseros los salvaron.
Nicole Toledo había pasado un lindo domingo en casa de su padrino y primos: café, naipes y ‘piscinazo’. Y ya el miércoles 18 de marzo su vida cambió abruptamente.
El lunes le escribió a su prima, que vive en esa casa donde la pasaron bien el domingo, y tenía fiebre; el martes le escribió de nuevo y del otro lado del teléfono le dijo que estaba mejor. El miércoles ya su prima no le contestó. Es que no quería alarmarla.
Ese mismo día, el enamorado de Nicole cayó con fiebre y malestar al cuerpo, que le atribuyeron a una gripe normal. “A mi enamorado se le pasó, pero le dio gripe a mi papá, a mi mamá y a la bebé”, una niña hermosa que casi un año antes recién había salido de la barriga de su madre. Fue el jueves. Empezó a sospechar.
Aunque no lo asumía, desde entonces ese virus letal sería el huésped maldito de la familia. El sábado siguiente, a ese de las doce de la noche les dio una fiebre terrible y dolor del cuerpo a sus hermanos. Pedían perdón, se estaban despidiendo; uno de ellos, padre primerizo, decía que le cuiden a su niña; sentía la muerte. Al menor le vino con vómito y diarrea.
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Leer más“Yo fui la última, a mi mamá y a mí no nos dio fiebre, solo dolor muscular, un dolor de cabeza horrible y decaimiento. Ese sábado me pongo a leer más, ahí veo los síntomas, uno de ellos, la pérdida del olfato y del gusto porque ese día mi enamorado y mi mamá no olían nada, les ponían cloro en la nariz y no lo percibían; entonces dije: “lo tenemos”.
Ese mismo día Nicole fue donde su papá: “tenemos que conversar”, le dijo, “creo que tenemos el virus”. Eso fue horrible. Me puse a llorar, vi la muerte, pero “sabes qué, me limpié las lágrimas y les dije vamos a salir de esto”, Y empezaron las infusiones, los té.
No quisieron acudir a las clínicas porque en ella la gente se pone más preocupada al ver a los pacientes enfermos; tampoco estuvieron atentos a las noticias, porque estas deprimen. Nicole se dio cuenta de que sus pulmones tenían problemas porque subía el segundo escalón y se cansaba, ahora no pasa eso. “Ya no me ahogo”.
“Hacíamos té de sábila con limón; canela con limón; leche con ajo y canela; té de jengibre con limón, día y noche y en la mañana jugo de tomate y antes del almuerzo jugo de limón”, cuenta Nicole a EXPRESO.
Las vaporizaciones fueron parte de esta rutina de medicinas caseras para descongestionar los pulmones. Las vaporizaciones con eucalipto, mentol, aguardiente, que dejaban hervir todas las noches, se hacían antes de dormir y además “nos frotábamos mentol en la espalda y en los pies”.
Además, preparaban agua de romero, alcanfor, aguardiente y mentol concentrado.
Obligatoriamente los ocho miembros se bañaban entre las 12:00 a 15:00 para evitar que los pulmones se afecten. Ahora “mi familia está bien”. Su enamorado solo tiene tos, que le va disminuyendo.
Nicole Toledo cuenta que lo importante es no desesperarse cuando se tenga problemas de respiración, porque son pasajeros. El problema es que si el paciente lo puede resistir.
Tiene que concentrarse, mentalizarse en otra cosa, para que pasé, si tomas los medicamentos mejoras.
La bebé pasó tres días sin comer, porque había perdido el olfato, pero un remedio para despertarle el apetito la ayudó y hoy es un “remolino”.
Durante el encierro fue clave la distracción. “Jugábamos cartas para entretenernos, veíamos películas, series, a mi mamá no le dio fiebre y ella cocinaba sopas; comíamos papaya, uvas, sandías para estar hidratados”.
Ninguno se hizo la prueba, porque no había cupo y porque esta son caras, pero los síntomas eran de COVID-19, como lo eran los de su padrino y las compañeras de trabajo de su madre que sí dieron positivo y que el 9 de marzo pasado celebraron juntas su cumpleaños número 52 en su casa.