Tierra sagrada
Los indígenas amazónicos, aman su tierra, la defienden, la tratan adecuadamente para que los proteja y les devuelva, a través de la calidad de sus aguas, de la biodiversidad y de la pureza del aire, alimentos y un lugar donde habitar. Lo llaman cosmovisión y llaman a su Tierra, Pachamama.
Respetando la diversidad de culturas, nosotros lo llamaríamos patriotismo, un pensamiento que vincula a un individuo con su patria, sin imposición. Es el sentimiento que tiene un ser humano por la tierra natal o adoptiva, a la que se siente ligado por unos determinados valores, afectos, cultura e historia; el equivalente al orgullo que siente una persona por pertenecer a una familia.
Es fácil perder de vista los importantes intereses colectivos y los valores públicos que al gobierno se le confían para proteger, avanzar y garantizar bienestar y desarrollo. Es aún más fácil que se pierda la contribución crucial que los líderes públicos hacen para lograr estos importantes propósitos sociales, cuando se han sometido al abandono y desconocimiento reiterado de valores como la honestidad, la solidaridad, la justicia y el amor.
En un estudio del año 2015 que lideró Jeffrey Sachs para las Naciones Unidas en temas de desarrollo sostenible, se identificó que las personas en comunidad reconocen que la solidaridad es un valor ‘sine qua non’ para vivir y progresar.
La historia nos cuenta que Ecuador fue siempre fiel a sus principios y valores. Por ejemplo, así surgen el 2 de Agosto de 1810, la Independencia. También hemos tenido personajes como Tránsito Amaguaña, que nos pidió volver los ojos a nuestros conciudadanos indígenas y respetarlos, porque somos un mismo país: “Tenemos que estar unidos como un costal de quinua; tenemos que cuidar que no se haga un hueco en el costal”.
Hoy en cambio, ya no es tiempo de matanzas innecesarias, ni de enfrentamientos.
Si el patriotismo es un pensamiento y sentimiento que nos liga emocionalmente a la patria, esa “tierra sagrada de honor y de hidalguía”, ¿qué tal si lo llevamos a la acción?, esa que mueve a apoyar a un gobierno al que de manera transitoria se le ha encargado ese bienestar común; reducir el tamaño del Estado; pagar impuestos y el precio para usar eficientemente bienes que nos transportan. Esa acción que puede ser el inicio de la conciencia colectiva de que como estamos ahora y a donde vamos no es el camino del bienestar, de emprender, de innovar, del desarrollo. Esa acción que nos permita identificar a los que nos heredan problemas, a los que se demoran en resolver, a los que no rescatan nuestro dinero de las manos corruptas, a los incoherentes, a los que no son dignos de ser elegidos.
Pero ahora, solo por una fracción de la historia ecuatoriana, vamos a limpiar la zanja para que corra el agua, porque somos patriotas, porque sabemos que hay un futuro mejor, porque nos duele la polución de lo sagrado, de esa Tierra llamada Ecuador.
Despleguemos la Bandera Nacional, cantemos el Himno y apoyemos al presidente una última vez, para que la paz social reine y se entienda que es amor a nuestra historia y futuro, y no a su gestión.
Hoy es el día. Hoy somos patriotas con valores.