El tío de Glas a Odebrecht: “Necesito plata para la campaña de ‘vidrio’”

El tio de Glas a Odebrecht: “Necesito plata para la campana de ‘vidrio’”

Los registros bajo sigilo que reposan en Fiscalía y a los cuales tuvo acceso EXPRESO, aumentan la carga de presión política y judicial contra un agonizante vicepresidente sin funciones, Jorge Glas.

También su tío lo llamaba ‘Vidrio’. Los registros bajo sigilo que reposan en Fiscalía y a los cuales tuvo acceso EXPRESO, aumentan la carga de presión política y judicial contra un agonizante vicepresidente sin funciones, Jorge Glas.

Ricardo Rivera, en arresto domiciliario desde inicios de julio por vinculaciones —que él niega— a la trama Odebrecht, protagoniza el más reciente audio de delación agregado a expediente.

El episodio se produjo el 29 de junio de 2016, pocos meses antes del arranque de la campaña electoral que, pese a las denuncias y sospechas, volvería a dejar las llaves del despacho vicepresidencial en Jorge Glas.

El protagonista, Rivera, entra a la suite 156 de la torre B del Swissotel con las manos en los bolsillos de un jean, camisa blanca, pullover negro, verbo directo:

La conversación es corta. Rivera está allí para hacer lo que fue a hacer. “A ver, chequea. Aquí está la compañía”. El delator asiente: “sí”. “El banco es Bank of América, mister Tomislav Topic”, dice Rivera. El brasileño sabe quién es: “De la compañía Tecolnet International”.

Rivera y Topic están vinculados en denuncias públicas hasta ahora no confirmadas desde 2015. Tanto él como Jorge Glas negaron cualquier vinculación en febrero de este año.

“Solo por ti, solo por ti”, replica el delator. “Dijiste que tenías a los chinos aquí”.

“Los chinos hijueputas se abrieron”, sentencia Rivera, a quien se lo acusó en 2015 de haber viajado a China en representación de la vicepresidencia de la República para iniciar negociaciones no oficiales. El hecho fue siempre negado, hasta este año, por Jorge Glas.

Y como los chinos salieron, los brasileños entran. “De ocho a nueve millones”, exige Rivera en la conversación de menos de cinco minutos de duración. La promesa de pago es expresa.

“Nueve”, confirma Santos, en un audio que confirma los hilos de rastro que ha dejado su estela de delaciones.

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