Tokio celebra el florecimiento de los cerezos
Tokiotas y turistas llenaron las calles y los parques de la capital nipona para disfrutar un año más del máximo esplendor de los cerezos en flor, un fenómeno que marca el comienzo de la primavera en Japón.
Una semana después de la aparición de los primeros capullos en Tokio, miles de personas salieron a celebrar que el tiempo de “sakura” ha alcanzado su plenitud en la ciudad, trayendo consigo una espectacular estampa de rosa y blanco.
Locales y visitantes de todo el mundo se desplazaron al céntrico distrito de Chiyoda para pasear bajo los cerezos de Chidorigafuchi, una de las avenidas más pintorescas de la ciudad, conocida por su túnel de 700 metros de “sakura”.
Otros optaron por subirse a un bote y navegar entre las flores que rodean el foso de la era Edo que comprende el noroeste del Palacio Imperial de Tokio, cuyo vistoso paisaje ansiaba fotografiar la mayoría de los visitantes.
No faltaron los “selfis” y sesiones de fotos de ciudadanos y turistas que se arrimaron a las flores para ser retratados y así formar parte de la fotogénica estampa.
Como cada año, el Festival de los Cerezos que se celebra en los terrenos del templo sintoísta de Yasukuni llenó una larga avenida de puestos de comida callejera que fueron reclamo para muchos al mediodía.
En el recinto de este santuario se encuentra el ejemplar que la Agencia Meteorológica de Japón (JMA) utiliza como referente para determinar el inicio del “sakura” en la capital, que este año llegó el 21 de marzo, cinco días antes de lo habitual.
El periodo de floración de los cerezos, que discurre entre finales de marzo y principios de abril, es uno de los acontecimientos más esperados del año, ya que no solo simboliza el paso a la primavera sino que también coincide con el nuevo año escolar, universitario y fiscal.
Durante este periodo, que apenas dura dos semanas, los parques rebosan de gente que se reúne para celebrar el conocido “hanami”, nombre con el que se conoce a la tradición nipona de admirar la belleza de estas efímeras flores.
Amigos, parejas, familiares y compañeros de trabajo atiborran el césped de los parques para festejar bajo los árboles en picnic que pueden durar horas y que habitualmente incluyen grandes cantidades de comida y bebida.
Los “hanami” no terminan con la puesta de sol, y en los lugares más emblemáticos de la ciudad los cerezos se iluminan por la noche para dar paso al “yozakura”, la imagen del cerezo nocturno.
Esta tradición de bienvenida a las flores atrae cada vez a más turistas, que organizan sus vacaciones en Japón para que coincidan con este fenómeno de la naturaleza.
Los negocios aprovechan la magnitud de este evento ofreciendo paquetes de “hanami” que van desde la comida, empaquetada en los tradicionales “bento” japoneses, pasando por la bebida con sabor a “sakura”, hasta la decoración y la cubertería que se utiliza para estas comilonas.
La devoción al “sakura” es tal que existen aplicaciones del móvil que indican los mejores lugares para avistar las flores y avisan al usuario cuando se encuentra cerca mediante la geolocalización.
A partir de hoy, los espectadores a este acontecimiento comienzan una carrera contrarreloj para disfrutar al máximo de la belleza de estas frágiles flores, antes de que la lluvia y el viento vuelvan a desnudar de su color a los cerezos hasta el próximo año.