
Transformación solidaria: Cómo Maquita cambia vidas en Ecuador
La Fundación Maquita lleva 40 años sembrando justicia en el país. Ha ayudado a más de 250 mil personas del agro
María Jesús Pérez Mateos, directora de la Fundación Maquita, habla con alegría y la voz firme de quien ha visto cómo un sueño de justicia social se convierte en realidad para miles de familias en Ecuador. "Hace 40 años, Fundación Maquita nació con una visión de transformación social y económica basada en la Economía Social y Solidaria", relata Pérez. La historia de esta organización se remonta a un momento crucial, cuando un grupo de organizaciones comunitarias, junto con el Padre Graziano Mason, decidieron enfrentar de manera frontal la explotación y la injusticia en los sistemas de comercialización agrícola del país. "El movimiento Maquita Cushunchic (MCCH) surgió de la necesidad de generar alternativas a la intermediación injusta que afectaba a campesinos y productores", añade.
Los inicios de la fundación: Comercio justo
La directora profundiza en los inicios de la fundación, describiendo cómo inicialmente promovieron mercados comunitarios y tiendas solidarias. "Permitir que las comunidades comercialicen directamente sus productos sin depender de intermediarios abusivos fue un cambio radical", asegura. Con el tiempo, este modelo se consolidó y evolucionó hasta convertirse en una organización con una visión holística del desarrollo. "Hoy, somos un referente en América Latina, promoviendo un modelo de economía solidaria que prioriza a las personas, la equidad de género, el respeto por el ambiente y la justicia social", afirma con orgullo.
Comunidades rurales e indígenas
La labor de Organización No Gubernamental impacta a un amplio espectro de la sociedad ecuatoriana, desde comunidades rurales e indígenas hasta poblaciones urbanas empobrecidas. "Trabajamos directamente con mujeres, jóvenes y familias campesinas vulnerables, promoviendo sus derechos y mejorando su calidad de vida", explica Pérez. Los proyectos que lideran son variados y ambiciosos. Desde facilitar la comercialización directa de productos agrícolas y artesanías bajo el paraguas del comercio justo, hasta implementar centros de procesamiento de alimentos en el ámbito de la agroindustria comunitaria. "Nuestro enfoque es siempre eliminar la intermediación abusiva y asegurar precios justos para los productores", subraya.
Trabajo por un turismo sostenible
El turismo comunitario es otra de las apuestas fuertes de la fundación. "Desarrollamos experiencias turísticas sostenibles lideradas por las propias comunidades locales, destacando su cultura, tradiciones y entornos naturales", comenta Pérez, dejando entrever la importancia de un modelo turístico que no solo sea rentable sino también respetuoso y sostenible. Además, el empoderamiento de mujeres y la generación de oportunidades para jóvenes son pilares fundamentales de su trabajo. "Fomentamos la participación económica y política de las mujeres, ofreciéndoles formación en liderazgo, producción y comercialización", dice con determinación.

En cuanto a su estructura organizativa, Fundación Maquita cuenta con un robusto equipo multidisciplinario. "Nuestros colaboradores incluyen técnicos agrícolas, gerentes comerciales, especialistas en economía solidaria, educadores comunitarios y gestores de proyectos", detalla la directora. La colaboración con comunidades, organizaciones de base y cooperativas campesinas es vital para su éxito. "Quienes deseen unirse a nosotros pueden hacerlo como colaboradores, aliados estratégicos o voluntarios", invita la vocera, resaltando la apertura de la ONG a recibir nuevas manos y mentes que deseen aportar al cambio social.
El futuro de Maquita es prometedor
El futuro para Fundación Maquita luce tan prometedor como desafiante. "Estamos expandiendo nuestros proyectos de comercio justo, apostando por la digitalización y la apertura de nuevos mercados internacionales", adelanta. Asimismo, el turismo comunitario seguirá creciendo con nuevas rutas sostenibles, y se reforzarán los programas de capacitación para jóvenes y mujeres en temas de producción sostenible y gestión comercial. "La innovación en agroindustria también es clave, queremos desarrollar productos con valor agregado para alcanzar una sostenibilidad real en las comunidades productoras", enfatiza.
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