La transición incluye una Cancillería aún robusta
El recorte de embajadas se quedó solo en lo anunciado por Lenín Moreno. La COVID-19 frenó viajes e impactó en las cifras de austeridad
La promocionada optimización de recursos en el servicio exterior ecuatoriano fue de un solo hervor. El Gobierno de Guillermo Lasso recibe un Ministerio de Relaciones Exteriores que en un año logró una reducción del 7 % en personal y presupuesto, pese a que la expectativa era mayor.
El equipo de transición de Guillermo Lasso tiene nuevos integrantes
Leer másEn mayo de 2020, el gobierno del presidente Lenín Moreno, en el momento más complejo por la expansión de la COVID-19, anunció el cierre de embajadas y consulados en países donde la actividad bilateral no justificaba tener una delegación diplomática fija, como en el caso de Irán, Malasia o Guatemala.
Un año después, durante la rendición de cuentas de la Cancillería, se pudo conocer que más allá de esos tres países no se incluyó a ningún otro. En tanto que seis oficinas consulares fueron eliminadas en ciudades como Río de Janeiro (Brasil), Tapachula (México), Montreal (Canadá) y Valencia (Venezuela).
Sin especificar la cifra, Relaciones Exteriores sostiene que el cierre de las misiones diplomáticas en el exterior constituyó la principal disminución de personal en esta cartera de Estado, que en 2019 tenía 1.499 funcionarios y entrega al futuro canciller una plantilla con 106 burócratas menos.
Uno de los pedidos de la Asociación de Funcionarios del Servicio Exterior (Afese) fue que se empiece por retornar a aquellas designaciones políticas. EXPRESO consultó a Cancillería cuántos de los diplomáticos que regresados pertenecían a esa categoría, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuestas.
A mediados de abril, el canciller José Mejía Dalmau remitió un comunicado a los funcionarios de la cuota política en el que sugiere que presenten su renuncia anticipada como un acto de gratitud al gobierno saliente y de respeto al entrante, dentro del proceso de transición.
Casa adentro, el ajuste también ha sido limitado. Se mantienen los dos viceministerios que había en 2019; las subsecretarías pasaron de 8 a 9; las coordinaciones generales siguen siendo cinco; hay una coordinación zonal menos (de 8 a 7) y las direcciones pasaron de 44 a 43.
Todos estos recortes, sumados a otros factores más relacionados a la situación de la pandemia que a la austeridad, hicieron que el Ministerio de Relaciones Exteriores registre un ahorro de 11 millones de dólares de un año a otro.
Mientras el presupuesto devengado de 2019 alcanzó los 113 millones de dólares, en 2020 la Cancillería gastó 92 millones de dólares. Parte del ahorro se debe a la “racionalización” que, aseguran, se hizo sobre las horas extras, viáticos por gastos de residencia. Hay que considerar que por el coronavirus, la mayoría de viajes programados fueron cancelados, y que los gastos en compra de pasajes y viáticos cayeron de forma considerable.
Todos estos datos y los del primer semestre de 2021 están siendo entregados al equipo de transición del presidente electo, Guillermo Lasso, quien ya ha hecho las primeras designaciones de funcionarios en el exterior con perfiles más políticos que de diplomáticos de carrera.
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Leer másA mediados de la semana pasada, Lasso ratificó a Ivonne Baki en la Embajada de Ecuador en EE. UU., cargo que ocupa desde febrero de 2020.
El presidente electo también tendría definido a quien será su canciller: el diplomático de carrera Mauricio Montalvo Samaniego, que hasta el 10 de mayo fue embajador de Ecuador en Australia. Lasso dijo que anunciará al resto de su gabinete el 17 de mayo, a su retorno de EE. UU.