Una travesia de obstaculos
Bajas temperaturas, con una sensación térmica de entre tres y seis grados centígrados, fuertes corrientes y vientos de hasta 24 nudos, enfrentaron las tripulaciones de la Copa Galápagos 2017 durante la travesía Salinas-Isla Santa Cruz, considerada una
Bajas temperaturas, con una sensación térmica de entre tres y seis grados centígrados, fuertes corrientes y vientos de hasta 24 nudos, enfrentaron las tripulaciones de la Copa Galápagos 2017 durante la travesía Salinas-Isla Santa Cruz, considerada una de las más importantes del continente americano, por su distancia de más de 590 millas náuticas.
Fueron tres días de navegación, solo impulsados por el viento. Joaquín Flor, del velero ecuatoriano que ganó la primera regata en la clase 600 y, que mantiene una buena posición en la segunda y tercera que se corrió ayer, cuenta que perdieron tres velas en la dura travesía entre el ecuador continental y el insular, debido a la fuerza del viento que, sumado a las fuertes corrientes, les hizo recalar posiciones. La tripulación, que llevó hasta cocinero, se alimentó durante la extenuante prueba de café, frutas, granola, mantequilla de maní, agua de coco, pan con queso crema, sopa de pollo, pasta de atún, lasaña y moro de lenteja.
Al velero Tiburón, ganador de la travesía a Galápagos en la clase 500, y cuyos once navegantes se alimentaron de comida termoestabilizada, similar a la que consumen los astronautas, se le rompió el cabo de la vela principal, pero tuvo una gran ventaja. Según su armador Julio Hidalgo, la tripulación de 10 miembros agradeció la corriente a favor durante el 70 % del recorrido. Lo más difícil, para ellos, fue el gran nivel de sus rivales que les pisaron la popa.
En ese grupo estaba ‘Negra’, velero ganador de la primera regata en la clase 500, en Salinas, y que llegó segundo en la última travesía. Un emocionado Francisco Rizzo Reyes, armador, cuenta que fue su padre, Francisco Rizzo Pastor, uno de los mentalizadores de la Copa Galápagos y que 30 años después sigue en competencia.
“La buena hidratación y el trabajo en equipo son claves en este tipo de competencias largas”, añadió Fabrizio Delgado Campodónico, quien junto a su hijo de su mismo nombre y otros nueve ecuatorianos integraron -entre ellos dos marinos retirados- la tripulación del velero L´Arrabiatta, que se quedó sin GPS al salir de Salinas.
Hugo Ricaurte, exoficial de la Armada, fue clave en la lectura de las cartas de navegación y la estrategia que les permitió continuar en la competencia pese a la adversidad. Esta vez la estrategia de descanso del L´Arrabiatta fue hacer, durante el día, dos turnos de seis horas y, en la noche, tres turnos de cuatro horas.
Otros, como la tripulación del velero ecuatoriano Blue Magic, de 11 integrantes, manejaron otra táctica. El líder del equipo, Juan Santos, que tiene 45 años haciendo velerismo, dijo que prefirieron las comidas calentadas y las sopas chinas, pues su concentración estuvo puesta en mantener una velocidad de entre 8 y 14 nudos durante el trayecto, que los mantiene hasta ahora en buena posición.
De todas las delegaciones, la que lidera el peruano Augusto Navarro es la de mayor diversidad de nacionalidades. Su equipo lo integran, además de tres experimentados navegantes del Callao y un italiano, el belga David Steinmetz y los esposos Lyndsey Gook (Inglaterra) y Travis Tubman (Australia).
La presencia de Gook y Tubman es toda una casualidad. Cuatro días antes del arranque de la competencia, el pasado 6 de octubre, ambos vacacionaban en las costas peninsulares cuando fueron reclutados. Actualmente buscan quedarse con la Copa Galápagos, cuya cuarta prueba entre la isla Santa Cruz y San Cristóbal se disputa hoy, y la última mañana, cuando se sabrá quiénes serán los ganadores de la competencia de 680 millas (1.297 kilómetros).
Tiburón y Némesis, los mejores
Los veleros ecuatorianos Tiburón y Némesis ganaron en las clases 500 y 600 la travesía Salinas-Galápagos, de 590 millas, segundo de los cinco circuitos de la XI Copa Galápagos 2017, que empezó el viernes pasado y terminará mañana. La primera invirtió 60 horas y 35 minutos y la segunda 69 horas con 56 minutos. Hoy se correrá el cuarto circuito entre Puerto Ayora y Puerto Baquerizo Moreno, y el último mañana.