Tres factores harían que sea más caro curarse en Guayaquil

La falta de control de las autoridades, la clandestinidad de ciertos establecimientos y la corrupción para obtener permisos serían factores que inciden en los precios de los servicios por atenciones médicas privadas en Guayaquil, en relación con Quito y Cuenca.

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En una serie de reportes publicados por EXPRESO, se identifica que en la ciudad portuaria los precios son más elevados frente a las otras dos urbes mencionadas. Por ejemplo, un plan básico con una aseguradora privada puede costar 71,77 dólares en Guayaquil, mientras que en Quito el mismo paquete vale 59,46 y en Cuenca se oferta en 70,76 dólares.

Una situación similar ocurre con las tarifas por operaciones comunes y consultas médicas. Según la directora de la Asociación de Clínicas y Hospitales Privados del Ecuador (Achpe), Ana Delgado, la diferencia de tarifas responde a diversos motivos. 

Entre ellos, que en Guayaquil los establecimientos deben pagar por climatización. También sostiene que en Quito los hospitales prefieren evitar contratos con el Estado por derivaciones para no estar impagos y que eso les permite invertir en capacitación de médicos y mejorar su infraestructura.

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Francisco Andino, exministro de Salud, discrepa. Cree que la variación se debe a la falta de un sistema exhaustivo de control y auditoría, que permita al usuario saber qué tipo de servicios o insumos se usan para justificar esa tarifa. 

“Por ejemplo, antes en el servicio de radiografía lo más costoso era la película; ahora la imagen se envía por plataforma, pero el valorativo no es revisado”, advierte.

También falta un tarifario, señala Roberto Ponce, exdirector de la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess). Durante su gestión bajo las administraciones de los exministros de salud Ximena Garzón y José Ruales, “se pretendió unificar, pero solo se hizo uno nacional para servicios dentro de la red interior pública de salud y red privada complementaria, y paquetes de ciertas clínicas”. 

El exfuncionario indica que, aunque hay un tema de oferta y demanda que regula el mercado, también existe clandestinidad.

“Las empresas en la capital buscan captar más clientes frente a su competidor y para ello mejoran y bajan precios”, dice. Durante su gestión, Salud contabilizó que en había 1Quito 5.000 establecimientos, frente a 8.000 de Guayaquil. Pero cree que la última cantidad no es real, pues en la ciudad portuaria hay clínicas que ocultan sus actividades y existe corrupción, situación que se repite en Manabí. 

“A algunos les gusta vivir al margen de la ley. En los controles identificábamos que preferían pagar por un permiso que cumplir con el trámite sin ningún costo. Les decía: ‘En vez de dar esos $ 500 a las mafias, inviertan en sus establecimientos’”, cuenta. A la final, cree que esa cifra es trasladada a los usuarios.

Al igual que Andino, el exministro Luis Sarrazín menciona que en la variación de los precios sí influyen los costos que representa la climatización. “Es evidente, se necesitan condiciones climáticas que tienen un costo”.

Sin embargo, Ponce y Andino consideran que los precios de los servicios de los seguros privados no se pueden aumentar justificando las deudas por prestar servicios a entidades públicas. “El Estado debe a todos, no solo a Guayaquil”, enfatiza el exdirector.

El exministro Andino lamenta que la salud, que es un derecho humano fundamental, sea tomada por sistemas privados que contribuyen a la desigualdad. Sostiene que el problema se genera por la falta de atención médica pública actualmente, que ha hecho que las personas vean otras opciones “con precios que se imponen”.

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