Trump reconoce a Jerusalen como capital de Israel
El presidente de EE.UU., Donald Trump, confirmó que su país reconocerá a partir de ahora a Jerusalén como capital de Israel y ordenó iniciar un proceso de varios años para trasladar allí la embajada estadounidense.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, confirmó el 6 de diciembre que su país reconocerá a partir de ahora a Jerusalén como capital de Israel y ordenó iniciar un proceso de varios años para trasladar allí la embajada estadounidense en el país, al tiempo que llamó a la calma ante las tensiones que ha generado su anuncio.
“He determinado que es hora de reconocer oficialmente a Jerusalén como capital de Israel”, dijo Trump en un discurso desde la sala de recepciones diplomáticas de la Casa Blanca.
Trump defendió que su decisión supone meramente “reconocer algo obvio” que Israel defiende hace décadas y que los anteriores presidentes estadounidenses no quisieron aceptar quizá “por falta de valentía”.
“Esto no es nada más ni nada menos que un reconocimiento de la realidad. Es, además, lo correcto, algo que tiene que hacerse”, argumentó Trump.
Estados Unidos se convierte así en el único país del mundo que reconoce como capital de Israel a Jerusalén, donde ninguna nación tiene su embajada debido a que, tras la anexión israelí de la parte oriental de la urbe en 1980, la ONU llamó a la comunidad internacional a retirar sus legaciones de la Ciudad Santa.
Los palestinos reclaman la parte oriental de la urbe (Jerusalén Este) como capital de su futuro Estado independiente.
El mandatario ordenó, además, que el Departamento de Estado comience el proceso para trasladar a Jerusalén la embajada estadounidense en Israel, que ahora está en Tel Aviv.
Ese proceso tardará al menos tres o cuatro años, según la Casa Blanca, porque es necesario construir un edificio lo suficientemente grande y seguro para acoger a las aproximadamente mil personas que trabajan en la legación estadounidense en el país.
Trump prometió que la embajada estadounidense en Jerusalén será “un tributo magnífico a la paz”, y subrayó que su construcción cumple con lo ordenado por una ley de EE.UU. de 1995, que instaba a trasladar a la Ciudad Santa esa legación pero que los anteriores presidentes norteamericanos decidieron no implementar.
“Después de más de dos décadas de posponer (la implementación de esa ley), no estamos más cerca de un acuerdo duradero de paz”, señaló Trump, al asegurar que no tiene sentido pensar que “repetir la misma fórmula exacta” dará un resultado diferente.
Ante las tensiones que ha generado en Oriente Medio su anuncio, Trump llamó a “la calma y la moderación”, y pidió que “las voces de la tolerancia se impongan a las del odio”.
“Es hora de que todas las naciones civilizadas (...) respondan a los temas que generan desacuerdo con debate, no violencia”, indicó el presidente.