Los Tuarez del 2021
Solo quedan 4 meses para que la Asamblea concrete las modificaciones al Código de la Democracia que se plantearon tras las elecciones seccionales de este año, cuando se evidenciaron numerosas fallas que deslegitiman muchos de los resultados de dichos comicios.
Si no se depura el patrón electoral no tendremos certeza de que los votos contabilizados corresponden a la población real de sufragantes. Si no se regula el financiamiento de campañas con fondos públicos y no se establece estricto control del origen de los recursos privados que se utilicen, nuevas recetas de arroz serán descubiertas. Si no se optimiza la comunicación y el debate de planes de gobierno, la población no tendrá elementos para escoger. Si no se sustituye el Método D’Hont por uno que garantice la asignación más equitativa de escaños y no se implementa un sistema de escrutinio de votos de total transparencia, la representatividad de los elegidos será cuestionable. Y si no se limita la inscripción indiscriminada de candidatos mediante criterios de selección que avalen su idoneidad, impidiendo la fragmentación del voto, veremos llegar al poder a autoridades con mínimos porcentajes de votación, como hoy ocurre con los miembros el Cpccs. Las reformas deben estar definidas antes de diciembre y en vigencia antes de febrero de 2020.