Turquia y Venezuela

Cuando ocurre un golpe de Estado, sufre el país. No necesariamente el mundo. En otras palabras, no siempre trasciende un acto interno a la arena internacional. Este 15 de julio, la historia era diferente. Un golpe de Estado en Turquía ponía en peligro la poca estabilidad que tenemos. En este país que se encuentra dividido entre Europa y el Medio Oriente, tanto geográficamente, como en cultura, de forma muy simple, conviven en un mismo territorio quienes defienden valores occidentales, y los que todavía ven en el islam una forma de gobierno y vida. Un cambio de mando por medio de la fuerza llevaría a la polarización de los grupos más extremistas del país. Las luchas internas podrían llevar a la falta de autoridad y a un vacío en el poder. Y una silla vacía en una zona convulsionada, con mucho loco suelto (el Estado Islámico) es un peligro. Así lo demostró Libia, donde la inestabilidad y la inseguridad reinan. Turquía, siendo miembro de la OTAN y posible integrante de la Unión Europea, tiene una situación más delicada. Es una pieza con tanto peso que puede desequilibrar la balanza. Hasta no ver los resultados del golpe, ningún país se atrevería a dar un veredicto final: hubiera resultado muy arriesgado condenar a un posible aliado, pero una vez que se definiera quién había ganado, harían público su pronunciamiento. Erdogan fue el victorioso, sobrevivió al golpe y con él “la democracia”, a pesar de que inició una purga, cerró más de 200 medios de comunicación, acosó a miles de profesores, destituyó jueces, etc. Así que no, no triunfó la democracia, pero al menos se dio el escenario que generaría menor inestabilidad en la zona. Obvio, se acercaría Erdogan a países como Rusia e Irán (después de que no recibieron apoyo inmediato de la OTAN) pero sería más como una advertencia. Todo esto lo veo con interés, pero no como una preocupación personal; como no es mi realidad, no siento sus efectos. Mas, cuando Maduro afirmó que sí existe un golpe de Estado en Venezuela, Erdogan se veía como un “niño de pecho” comparado con él; me olvidé de todo análisis y simplemente me asusté.

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