La UE busca devolver a Turquia los migrantes

La Unión Europea (UE) y Turquía se plantean un cambio radical en la gestión de la crisis de refugiados. La desesperación por frenar el flujo migratorio llevó a los Veintiocho a tratar de forjar un acuerdo con Ankara para devolver al país vecino a todo extranjero llegado a las costas griegas, incluso a los sirios. A cambio, la UE se compromete a acoger desde Turquía a un número de refugiados equivalente al de expulsiones realizadas. El fin es mandar una señal clara, incluso a quienes huyen de la guerra: el único modo de acceder a Europa es ensayar la vía legal.

El trato, que negocian en Bruselas los jefes de Estado y de Gobierno, incluye otras tres condiciones para Europa: duplicar los 3.000 millones de euros destinados a Turquía para atender a los refugiados, eximir a sus ciudadanos de la necesidad de visado para viajar a la UE ya en junio y avanzar en el proceso de adhesión al club comunitario.

Públicamente, el primer ministro holandés, Mark Rutte, solo había abogado, a su llegada a la cumbre, por devolver a Turquía a todos los extranjeros que no fueran sirios, independientemente de si huyen de un conflicto o persecución. Rutte, cuyo país asume este semestre la presidencia de la UE, se reunió el domingo con la canciller alemana Angela Merkel y el premier turco, Ahmet Davutoglu, para preparar la considerada como una cumbre crucial.

El respaldo que mostró ayer el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, al retorno de los sirios da la medida del nivel de urgencia en la UE por encontrar una solución eficaz. “Habrá que ver los detalles, pero si la medida consigue el mismo efecto para el sirio afectado porque logra la misma protección aquí [tras ser acogido legalmente desde Turquía], sin tener que pasar por las redes que trafican con migrantes, sí me parece adecuado”, valoró Schulz, una de las voces más garantistas con el respeto a los derechos humanos.

Fuentes europeas lo justifican así: el bloqueo que afronta Grecia, con más de 30.000 personas atrapadas en su suelo, tampoco le permite dar condiciones dignas a los extranjeros que recalan allí. Así que Turquía, considerada ahora un país seguro para ciudadanos de terceros países, puede atenderlos con la financiación adecuada. Y la UE los acabará admitiendo, pero por la vía legal.