La UE y Turquia acuerdan la expulsion de refugiados
Los líderes de la Unión Europea (UE) aprobaron ayer un controvertido acuerdo con Turquía con la intención de detener los flujos de migración ilegal a Europa a cambio de recompensas económicas y políticas para Ankara.
Los líderes de la Unión Europea (UE) aprobaron ayer un controvertido acuerdo con Turquía con la intención de detener los flujos de migración ilegal a Europa a cambio de recompensas económicas y políticas para Ankara.
El pacto tiene como objetivo cerrar la ruta principal por la cual más de un millón de inmigrantes y refugiados pasó a través del mar Egeo hasta Grecia antes de dirigirse al norte, hacia Alemania y Suecia, en el último año. Pero persisten serias dudas sobre si es legal o viable.
Después de una mañana de pláticas con el primer ministro turco Ahmet Davutoglu, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, recomendó a los 28 estados miembros de la UE que aprueben el texto sin cambios, lo que se acordó en una cumbre en Bruselas.
El acuerdo incluye el llamado mecanismo “uno por uno”: por cada sirio devuelto a Turquía, la UE se compromete a aceptar por vías legales a otro sirio desde este país.
En virtud del pacto, Ankara acogerá a todos los inmigrantes ilegales que cruzan a Grecia, incluidos los sirios. Los que lleguen a Grecia desde mañana podrán ser enviados de vuelta a Turquía una vez que estén registrados y se procese su solicitud de asilo. Esta directiva permite aplicar un proceso acelerado para derivar a todos los solicitantes de asilo que hayan llegado a la UE desde un país tercero seguro hacia ese país, en este caso Turquía, por lo que en la práctica el sistema permitiría evitar que sigan acumulándose casos en Grecia en espera de su tramitación.
La UE también acordó acelerar el desembolso de 3.000 millones de euros ya comprometidos en apoyo a los refugiados en Turquía y proporcionar otros 3.000 millones más para 2018, una vez que Ankara presente una lista de proyectos que califiquen para recibir asistencia de la UE.
La declaración subraya que se respetará el Derecho internacional y europeo, que no habrá expulsiones colectivas ni devoluciones ‘en caliente’, y que se estudiará cada demanda de asilo de manera individual.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) celebró las aclaraciones legales, pero recalcó que ahora hay que ver cómo se desarrollan en la práctica, pues muchas de las garantías que se necesitan aún no existen.
La organización humanitaria Amnistía Internacional (AI) tachó de “golpe histórico” a los derechos humanos el acuerdo. “Turquía no es un país seguro para los refugiados e inmigrantes, y cualquier proceso de retorno que se base en que sí lo es debe calificarse de defectuoso, ilegal e inmoral”, afirmó el director para Europa y Asia Central de AI, John Dalhuisen.