Declarar la emergencia, la fórmula para salvar las UPC

En los atentados a las UPC (Unidades de Policía Comunitaria) y UVC (Unidades de Vigilancia Comunitaria), unos 15 desde mayo pasado incluyendo asaltos y vandalismo, también han perdido la vida y resultado heridos decenas de uniformados.

Por eso no extraña que los mismos policías hayan apilado costales de arena en las fachadas de algunos cuarteles para resguardarse de incursiones armadas, como las ocurridas a principios de este mes.

“Ecuador nunca tuvo los atentados terroristas del pasado 1 de noviembre, cuando se utilizaron explosivos, lo que generó una crisis de pánico y estrés colectivo”, reconoció el viernes pasado el ministro del Interior, Juan Zapata, en una visita a los agentes en Carchi.

Pero a las UPC no solo las atacan, también sufren robos. Así ocurrió el 12 de julio, cuando dos hombres inmovilizaron a un uniformado y se llevaron 19 fusiles y un chaleco antibalas de una unidad de Portoviejo, en Manabí.

Incluso, durante el paro nacional de junio pasado, las UPC estuvieron bajo el fuego de vándalos que quemaron y destruyeron varias, entre ellas una en Puyo y dos en la parroquia Calderón, en Quito.

Declarar emergencia

Ante este panorama, autoridades y expertos en la materia coinciden en que es urgente un plan de inversión que permita reparar las instalaciones que fueron afectadas e intervenir las que requieren mantenimiento.

Además, que contemple posibles nuevos diseños y materiales más resistentes para la construcción de las UPC.

EXPRESO conoció que hoy se declararía en emergencia al Ministerio del Interior y la Policía Nacional, justamente para agilizar la entrega del dinero destinado a esas obras y otras necesidades que tiene la Policía Nacional.

“La emergencia es para optimizar recursos para arreglos de UPC. Estamos levantando la información de todas las zonas críticas para ver cuál es el presupuesto; eso lo van a pasar el lunes (hoy) a las siete de la mañana. Ahí lo podremos determinar para poder intervenirlas de manera inmediata”, le dijo Zapata a este Diario.

Hace dos semanas, el comandante general de la Policía, Fausto Salinas, manifestó que se estaba gestionando el apoyo de la empresa privada para dotar a las UPC de paredes de concreto y garitas de vigilancia externa. Sin embargo, aún no se conocen estudios o diseños que reafirmen esa estrategia ni cuánto dinero costaría.

Johana Espín, investigadora en temas de seguridad y criminología, le dijo a EXPRESO que antes de buscar apoyo de la empresa privada, se debería buscar apoyo vía cooperación de países que han padecido fenómenos similares.

Está “por ejemplo el caso de Brasil en donde, frente al ataque violento y constante a lo que equivaldría a las UPC y UVC, se tomaron medidas especiales de protección. El apoyo podría ser en calidad de asesoría o simple intercambio de experiencias”, propuso Espín.

Mientras llegan más policías, nuevo armamento y municiones, y se liberan los recursos para la reparación y posibles nuevos diseños de las UPC, la Policía Nacional está en alerta máxima, pese a la relativa calma que se ha vivido en el país en las últimas semanas.

Así se los dijo el ministro Juan Zapata a los policías de Carchi a los que visitó el viernes pasado. “No vamos a cesar, seguimos más fuertes que nunca”, enfatizó el alto funcionario.

Además, el ministro precisó que durante el estado de excepción “se detectaron 97 blancos” en las tres provincias donde aplica la medida, todos vinculados a casos de terrorismo, asesinatos de policías y atentados a las UPC. “Estas personas ya fueron puestas a órdenes de la justicia”, dijo.

Finalmente, sobre la declaratoria de emergencia a su ministerio y a la Policía Nacional, Zapata advirtió que, además de facilitar las intervenciones a las UPC, esta medida también servirá para la adquisición de municiones. 

Este Diario investigó y estableció que México y Colombia, países que han librado por décadas una guerra contra el narcotráfico y que podrían aportar con sus experiencias a Ecuador, usan de forma diferente las unidades o cuarteles de policía.

En el caso mexicano, las instalaciones policiales en barrios o parroquias ya no existen, aunque quedan algunas en poblaciones turísticas. Según le comentó a EXPRESO Francisco Salazar, consultor mexicano experto en seguridad pública, en los años 80 en ese país había Módulos de Vigilancia en los que permanecían dos o cuatro gendarmes. Sin embargo, la violencia evolucionó y llevó a que el narco destruyera y acribillara a los uniformados.

“Luego de eso se crearon las Bases Operativas a nivel estatal y municipal, eran más grandes, había 30, 40, 50 elementos de policía en cada Base Operativa, pero no estaban blindadas, no tenían barda perimetral. La violencia siguió evolucionando y también desaparecieron las Bases y ahí decidieron abrir las Comandancias de Policía estatal, donde hoy están concentradas las unidades y es el gran edificio”, explicó Francisco.

En efecto, para proteger la vida de los policías y no exponerlos en operativos en zonas críticas, la estrategia de seguridad en México hoy es hacer patrullajes en convoyes con 15 o 20 camionetas de la Policía y el Ejército, para tener poder de respuesta ante ‘narcoemboscadas’.

Para Hugo Acero, exsecretario de Seguridad y Convivencia de Bogotá y asesor en estos temas de alcaldías como la de Samborondón, la estrategia mexicana es desacertada y Ecuador tiene un rezago en infraestructura policial. 

“Lo que sucede es que le terminan entregando el espacio a los criminales. En Colombia, en la época dura de la guerra con las FARC, se abandonaron 154 municipios. Levantaron las estaciones de Policía. Con eso se les entregó los municipios a la guerrilla y los paramilitares. Con Uribe, la policía retornó a esos pueblos”, contó Acero.

En Bogotá, por ejemplo, desde 1998 los Centros de Atención Inmediata (CAI) de la Policía que están en los barrios son construidos en concreto, acero y vidrios blindados de alta resistencia. Sin embargo, el experto explicó que más que edificaciones que soporten ataques, Ecuador necesita policías bien dotados, comunicados y entrenados.

“Desde luego hay que construir una infraestructura segura, pero no para aislarse. Tú puedes crear unos búnkeres sellados, como hizo Medellín, que contrató contenedores blindados, pero el principio de la policía es ser cercana a los ciudadanos. Los militares no tienen contacto con la gente de manera permanente, la policía en el mundo es cercana a los ciudadanos. Hay riesgos importantes, pero el Estado tiene que tomar la decisión: o nos encerramos o los enfrentamos”, concluyó Acero.

Óscar Murillo Mojica

Twitter: @oscarmurillom