Las otras urgencias que tiene Zaruma
La joya de El Oro tiene deudas tan básicas como la salud. Hay inconformidad con el alcalde por no concretar el agua.
Zaruma, rica en el subsuelo y pobre en su superficie. Esta ciudad que ha sido codiciada durante décadas por su oro, no alcanza ni una tajada de rentabilidad que deja la explotación de este metal precioso. Al parecer, la única huella que ha dejado son solo socavones, porque su urbe tiene muchas necesidades.
Así lo lamentan sus habitantes, quienes están inconformes ante la “inoperancia” de una administración local y nacional que tiene a esta ciudad sin hospital básico, con un sistema de agua potable y alcantarillado intermitente, calles sin asfaltar y donde la recolección de desechos se da en vehículos destartalados.
Francisco Aguilar, propietario de una tienda de abastos ubicada en la zona 0, detalla que durante años esta ciudad no ha tenido un sistema de agua potable óptimo y que en los últimos meses el servicio es intermitente. “El problema del agua viene desde hace años, desde que yo recuerdo. Viene una alcaldía lo arregla y luego viene otra hace otro contrato y así, seguimos igual”, explicó Aguilar.
Como alcalde puedo querer construir muchas cosas para la ciudad, pero es imposible sin presupuesto.
Actualmente, el Municipio de Zaruma ejecuta la obra de instauración de un nuevo sistema integral de agua potable y alcantarillado que tiene previsto reemplazar al existente.
El alcalde del cantón, Jhansy López, justificó a EXPRESO que los cortes de agua reportados en la ciudad se deben a que aún está en uso el sistema de agua potable anterior, y que este debe ser suspendido en ocasiones para efecto de continuar con la obra de nuevo sistema que se entregará en marzo 2022.
López acepta que el proyecto que inició en 2019 se ha atrasado debido a las múltiples paralizaciones por la pandemia y por el incumplimiento en los pagos a proveedores, pero sostiene que todas estas vicisitudes están contempladas en el contrato de esta obra que prevé la reparación total de la planta de tratamiento de agua potable y la instalación integral de nuevas tuberías para la distribución del liquido vital.
Otra de las urgencias que tienen sus habitantes, es la reapertura del Hospital Público Humberto Molina Astudillo, que fue cerrado el pasado 17 de noviembre del 2017 tras registrarse un sismo 5.8 grados que agravó los daños que ya presentaba la infraestructura a consecuencia de la explotación minera ilegal.
Narcisa Reyes, madre de familia y habitante de este cantón detalla que por varios años han solicitado que esta casa de salud vuelva a funcionar, pero no han tenido mayor respuesta por parte de las autoridades.
Julio Feijo, propietario de un local de comidas rápidas, lamenta que las mujeres en estado de gestación no puedan completar el proceso en el cantón: “Nuestros niños no nacen aquí, sino en cantones vecinos. Estamos retrocediendo cada día más, perdiendo instituciones importantes y, sobre todo, el derecho a la salud”.
Por su parte, López asegura que tras el cierre de esta casa de salud, el Municipio entregó al MSP un estudio financiado por su administración y realizado por la Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) con el que detalló el estado y los daños de la estructura a causa de la minería ilegal.
Sin embargo, Salud no definió una remodelación inmediata o trabajos de reestructuración.
Este Diario solicitó una entrevista al MSP para contrastar lo dicho por el funcionario, pero hasta el cierre de este reportaje no hubo respuesta.
“En la última reunión que tuvimos con el MSP se nos dijo que para este año existe ya un presupuesto para la reapertura de este hospital”, anunció López al cuestionarle si Zaruma tendrá este año un hospital básico.
Narcisa Reyes, quien se muestra inconforme con la actual administración, sostiene que la ciudad necesita de manera urgente que sus calles sean reparadas y que el sistema de recolección de basura mejore, ya que en época invernal el acceso vehicular se complica y los desechos traen múltiples enfermedades.
“Las calles de la ciudad están un poco dañadas porque el sistema de agua potable actual no sirve, entonces hay que romper las calles a cada rato para arreglar esas fallas”, justificó el alcalde Jhansy López al mencionarle sobre esta denuncia ciudadana.
Este cantón tiene un presupuesto anual de 3 millones de dólares, y destina el 30% de este monto en gastos corrientes como el pago de sueldos administrativos, servicio de internet, electricidad, equipos de bioseguridad para los funcionarios, entre otros. El 70% restante, lo ocupa en gastos de inversión como obras públicas, mantenimiento vial, recolección de basura y pago a proveedores.
Según el Portal de Compras Públicas, la mayor inversión del municipio de este cantón en 2021 fue un contrato de $251 mil para la potenciación de los servicios de ocio del área turística de la Plaza de la Independencia.
También refleja que por el total de contratos registrados en el sistema, la alcaldía destinó alrededor de 470 mil dólares en compras de material de bioseguridad para funcionarios públicos, repuestos vehiculares, piezas para el mantenimiento de la planta procesadora de agua potable, material eléctrico para parques y sectores recreativos, plantas ornamentales y suministros de higiene personal.
