Covid-19: un sondeo a los ecuatorianos evidencia desconfianza en la vacuna
En una encuesta realizada por EXPRESO en la que participaron más de 900 personas y en un sondeo por las calles de Guayaquil, más del 50 % dijo no querer vacunarse o tener dudas de hacerlo
¿Te pondrás la vacuna contra la covid-19? Está fue la pregunta que el pasado 4 de enero EXPRESO realizó a través de su cuenta de Twitter y en la que participaron 934 personas. De esa cantidad de encuestados, el 59,3 % dijo que sí se aplicaría la dosis; el 23,9 % dijo que no lo haría y el 16, 8% está recién analizando esa decisión.
#DebateExpreso: ¿Te pondrás la vacuna contra la Covid-19?
— Diario Expreso (@Expresoec) January 4, 2021
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Leer másTeniendo en cuenta que Ecuador ha sido uno de los países de América Latina que más ha sufrido el impacto más crudo del virus, llama la atención que un gran porcentaje de los encuestados se resista a ponerse la dosis creada para salvar vidas; y que otro grupo esté meditando tomar esa decisión.
A pocos días, de acuerdo a lo anunciado por el gobierno de Lenín Moreno, de que lleguen al país 50. 000, de las 4 millones dosis de vacunas contra la enfermedad desde la farmacéutica Pfizer por las que pagó Ecuador, hay dudas, temores y rechazo en la ciudadanía.
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En un recorrido por varios sectores de Guayaquil, una de las ciudades más afectadas por la pandemia, hubo quienes contaron que esperan la dosis con anhelo. Sin embargo, encontramos otros que no ven esperanzas en ella. EXPRESO preguntó los motivos a una veintena de encuestados que aseguraban que no se aplicarían la dosis:
- “Miedo a morir después de que se me aplique la vacuna”.
- “Creo que nos quienes usar como conejillos de india”.
- “Nos quieren implantar un chip en el cuerpo”.
- “No me vacunaría porque ya sufrí la enfermedad”.
- “No confío en la vacuna porque la desarrollaron muy rápido”.
- “Me aplicaría la vacuna si primero se la aplica el Presidente".
Para Washington Alemán, infectólogo, académico y coordinador de la Sociedad de Infectología del Guayas, los argumentos de esta parte de la población que aún no se convence de que la vacuna es el camino para luchar de frente contra la pandemia, responde a la desinformación.
Esto se debe a que no existe todavía, por parte de las autoridades como el Ministerio de Salud, una campaña que explique a la población con lenguaje claro y concreto de los beneficios y de las complicaciones de la vacuna. Una población informada no debería tener dudas.
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Leer másLa desconfianza, añade, se debe a que hay grupos en contra de la vacuna que, a diferencia de las autoridades, se han planteado realizar campañas para desprestigiar el trabajo científico en las redes sociales y a través de otros medios y han logrado convencer a muchos.
“Las vacunas, en general, han erradicado enfermedades y en otros casos las ha podido controlar. Que la vacuna contra el covid-19 se haya desarrollado en un proceso más rápido que el tradicional, pues sí porque por la emergencia han tenido que adelantarse algunas fases en los estudios, pedir permisos de emergencia, pero hasta ahora, en las miles de personas en las que se ha aplicado la dosis alrededor del mundo, no ha habido reacciones graves. Hay que tener claro que la vacuna contra el coronavirus se viene estudiando hace años, contra otros coronavirus que habían causado epidemias anteriores”, menciona.
También añade que los ministerios de Salud controlan, a través de los sistemas de vigilancia de los efectos colaterales, cualquier reacción que la vacuna pueda producir en la población, que va de leve, moderado a grave. Hasta ahora, insiste, no ha habido ninguna reacción que pase de moderado, para justificar esa desconfianza.
Los casos de reacciones secundarias, una vez aplicada la vacuna, que han dado la vuelta al mundo y por los que temen algunos ciudadanos, son contados. Uno de ellos fue el desmayo de la enfermera Tiffany Dover, quien se desplomó minutos después de recibir la vacuna de Pfizer/BioNTech en un hospital de Estados Unidos. Sin embargo, luego de volver a la conciencia, ella misma sostuvo que padece el síncope vasovagal, que la lleva al desmayo con tan solo ver sangre, sentir un pinchazo de vacuna o tener un elevado estrés emocional.
Quienes sí fallecieron, según informó la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA), a inicios de diciembre pasado, fueron seis voluntarios en los ensayos clínicos de las vacunas, de los que se dijo se encontraban bajo el placebo (medicamento hecho de productos inertes y sin ningún principio activo), por lo que sus muertes no fueron consideradas como causas de la vacuna. Lo mismo le había sucedido a un médico brasileño.
Para el especialista, que haya personas que no estén dispuestas a vacunarse no es tanto el problema, sino más bien el hecho de que se incentive a otros a no hacerlo.
¿UNA VACUNA OBLIGATORIA?
En cuanto a si la vacuna debe ser voluntaria u obligatoria, con el tiempo, el experto indica que es una cuestión de derechos la razón por la que solo debe ser voluntaria. “Todo medicamento, hasta la vitaminas tienen efectos colaterales. Por eso la vacuna es voluntaria”.
Y como respuesta a las personas que dicen no tener la necesidad de aplicarse la vacuna porque sobrevivieron a la enfermedad, Alemán explica que la inmunidad después de una infección es transitoria, que dura un promedio de 6 meses. Es decir, que después de un tiempo puede volver a contagiarse.
QUE PASA CON LA IVERMECTINA
La ivermectina es un medicamento que empieza a escasear en las farmacias del país y de todo el mundo. Esto luego de que se corriera la voz de que su uso puede desde prevenir y hasta tratar el coronavirus, después de que informes y publicaciones indicaran que la ivermectina se utilizó con éxito in vitro para el tratamiento del SARS-CoV-2 en células infectadas experimentalmente.
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Leer másAnte esto, Alemán recomienda no usar este medicamento ya que, explica, hasta ahora, la ivermectina no tiene evidencia de que sirva para el tratamiento ni la prevención de infecciones por SARS.
“Existen muchos trabajos, muy controvertidos, en donde se la recomienda, pero nosotros (los de la Sociedad de Infectología) le estamos pidiendo al Gobierno que se realice un estudio a nivel local, para tratar de confirmar o no la eficacia de este medicamento. Pero en este momento, no hay garantías de que prevenga y lo mejor es evitar su uso y evitar la automedicación”, concluye.