La vacunación contra la Covid-19 tiene un largo camino en la zona rural

Un polvoriento camino de tierra cuyo ancho es para un solo carro y que sigue por más de 35 kilómetros las caprichosas vueltas del río Taura, es la única vía que permite llegar en vehículo hasta el recinto Nariz del Diablo, de la parroquia Virgen de Fátima, tras casi una hora de recorrido. Hasta esa zona rural del cantón Yaguachi acudió este miércoles 23 de junio  una de las brigadas de vacunación del Ministerio de Salud Pública (MSP), con el fin de inmunizar a aproximadamente un centenar de adultos.

Edith Medina Alvarado, quien ha vivido allí todos sus 61 años de vida, dice sonriendo que no sabe cuál es el motivo del nombre del recinto. Lo que sí sabe es que siempre ha sido de difícil acceso para los carros y ahora también para la señal de las operadoras de Internet.

Sentada entre los reunidos bajo una casa de madera para recibir la vacuna contra la Covid-19, dice que el proceso que ejecuta el Gobierno les parecía algo muy distante y por ello agradece que esa brigada haya llegado hasta allí.

Tan distante, que Manuel Hernández Bazurto, de 78 años, también estaba sentado entre el grupo de los convocados, aunque por su edad debía estar vacunado desde hace dos meses, en la primera fase del Plan Nacional de Vacunación. “Yo no estaba enterado”, asegura.

Es un adulto mayor que no maneja la tecnología, vive solo y sin familiares cercanos. Subsiste con las pocas labores de campo que aún su edad le permite hacer.

El Gobierno y el Ministerio de Salud reiteran a los ciudadanos que se informen del programa a través de sus cuentas en redes sociales. Lo cual es doblemente difícil en sitios sin cobertura de Internet y con población ajena a esa tecnología.

En Guayas, exceptuando a Guayaquil, Durán y Samborondón, que pertenecen a la Zonal 8, la Zonal 5 cubre la mayoría de los cantones y sus sectores rurales con 28 brigadas móviles. En total este día tenían previsto aplicar 7.557 dosis, en conjunto.

Para la programación es clave contactar a líderes comunitarios, quienes hacen el puente con sus vecinos. Juan Gaona, el presidente del Comité del recinto Nariz del Diablo, afirma que ellos dirigieron un oficio pidiendo la visita de la brigada.

“Hay personas que ya les tocaba vacunarse, pero algunas no van a la ciudad o al cantón , para evitar contagiarse o las aglomeraciones”, explica el dirigente, quien previamente efectuó una reunión con su comunidad para informar de esta actividad y para tratar de que asistan y se vacunen todos.

Sin embargo, no siempre se cumplen al 100 % las previsiones de brigadas y dirigentes.

Gaona reconoce que aún hay personas que se niegan a vacunarse debido a la desinformación y los mitos sobre este tema. “Dicen no y no hay quién los haga cambiar de opinión”.

El doctor Fulvio Macías, médico de la brigada que acudió al recinto, suma otro motivo: A veces encuentran personas que sufren de patologías pero que ellos no saben que tienen. Y que saltan a la luz con los chequeos médicos previos que les toman, como el de la presión.

“Hay algunos hipertensos, pero no lo saben porque nunca han acudido a un centro de salud”, advierte. De allí que haya jornadas en que 3 y hasta 5 personas de las que asisten, no pueden ser vacunadas por tener la presión muy alta.

Además, aunque la brigada y los dirigentes reúnen a la mayoría de vecinos, hay algunos que no pueden concurrir por alguna razón y deben ser inmunizados en sus casas, lo cual les toma un mayor tiempo.

Los casos que quedan pendientes, las visitas a nuevos sitios y regresar a aplicar las segundas dosis a los ya visitados, son aspectos que determinan la programación de las brigadas, explica la directora distrital de Yaguachi, Sofía Barrios.

El Plan de Vacunación ha cubierto hasta ahora al 75 % de la población objetiva. Las brigadas constituyen la principal estrategia para llegar al 25 % restante, a través de “barridos comunitarios” y acudiendo a las casas, según ha indicado la ministra de Salud, Ximena Garzón.