Varían las razones que explican por qué la ocupación de UCI sigue siendo alta

Al igual que ocurrió el año pasado por estos meses, la pandemia parece darle un respiro al país, especialmente al sistema de salud y al personal médico. Las cifras de mortalidad y de hospitalización por COVID-19 muestran una tendencia al descenso. Pero la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) no baja en la misma proporción y se mantiene en un promedio considerado de ‘alto riesgo’.

Consultada por EXPRESO, la ministra de Salud, Ximena Garzón, precisó el martes que ese indicador bajó solo tres puntos desde la semana anterior y que ahora es del 77 %.

La autoridad mencionó como posibles causas a la presencia de la variante delta y a que aún hay personas no vacunadas, por diversos motivos. También acotó que esta enfermedad tiene una larga duración por lo que hay pacientes que pueden permanecer semanas internados en una UCI.

Según estima, recién en un mes o un mes y medio se podrá empezar a ver que se descongestionen esas áreas médicas, con el avance de la vacunación. Pero también instó a mantener las medidas de bioseguridad, el uso de mascarillas y el distanciamiento social.

“Hay muchas personas jóvenes que con esta variante delta, que está presente a nivel internacional, ha llegado a cuidados intensivos”, reiteró la ministra.

La médica salubrista Catalina Yépez Silva también llama a no confiarse por el aparente descenso de cifras y cita el caso de otros países como Israel, que tras vacunar a casi toda su población y hasta desechar las mascarillas, tuvo un repunte de infectados y hospitalizados debido a la variante delta.

Teme que las aglomeraciones y fiestas registradas por el reciente feriado del 10 de Agosto, puedan haber producido un aumento de contagios, que se reflejará en los próximos días.

La también especialista en Gerencia de servicios de la Salud acota que la ocupación de cuidados intensivos en los hospitales del país siempre ha sido alta debido a las múltiples enfermedades de alta mortalidad.

De todos modos, para el caso de las UCI destinadas a COVID-19, refiere que los Centros de Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, han establecido que un porcentaje superior al 25 % es de alto riesgo.

Ese rango también es aplicado en países europeos como España, donde hasta el 10 % es considerado aceptable; pero más del 15 % ya es de riesgo; y sobre el 25 %, de alto riesgo.

A criterio de Yépez, el país debería aspirar a bajar al menos al 25 % la ocupación de las UCI por COVID-19. Una cifra que se ve todavía lejana.

Como referencia, aunque no es exactamente el mismo objetivo, en los indicadores para determinar los niveles de alerta local por la pandemia, adoptados en mayo pasado, el Municipio de Guayaquil incluyó el de ocupación de las unidades de cuidados intensivos. Además del promedio de decesos y la incidencia de casos confirmados por la enfermedad.

Así, una ocupación de las UCI menor a 80 % es parte del Nivel 1 de Alerta; entre 80 % y 95 %, del Nivel 2; y superior al 95 %, del Nivel 3. En el reporte epidemiológico de esta semana, indicó que el porcentaje en Guayaquil es del 67 %.

El médico infectólogo Washington Alemán pide tomar con cautela las cifras actuales. Asegura que los hospitales públicos de la ciudad han reducido el número de camas UCI porque ante la baja de la demanda no las necesitan. Aunque las pueden volver a abrir en caso de así requerirlo.

Según matizó, es preferible saber la cifras en valores absolutos de pacientes en terapia intensiva que los porcentajes de ocupación. “Porque si hay 10 camas y tienes 10 pacientes, puedes titular que la ocupación de UCI es del 100 %: es alarmante, pero no es lo mismo”, insistió el integrante de la mesa técnica municipal de Salud.

Sobre los promedios internacionales, afirma que en países subdesarrollados como Ecuador siempre habrá una alta ocupación de cuidados intensivos. Y que, por el alto costo que implican, si no están ocupadas, se reducen o cierran.

Para Alemán, el porcentaje nacional es alto pero la situación difiere por provincias. Afirma que en Guayas está a la baja, mientras que en Pichincha continúa siendo elevado.

Y coincide en que, entre los internados, constituyen mayoría las personas no vacunadas.