Los vecinos de La Floresta, en Quito, se unen para salvar sus negocios
A través de ‘Cambalache’, aplicación de ventas y delivery, el barrio busca reactivar su economía
“Durante los primeros meses de la pandemia, sesenta familias se quedaron sin empleo o sustento. Luego fueron ciento veinte. Los negocios fueron cerrando, el barrio se fue quedando vacío”, recuerda la artista y gestora Alexandra Moshenek.
En medio de la preocupación y la ansiedad, el comité barrial de La Floresta y su red cultural se juntaron y plantearon una propuesta para salvar a los establecimientos que quedaban. Así nació ‘Cambalache’ una plataforma digital que se inauguró ayer en este barrio del norte de la capital, y que tiene como fin digitalizar los emprendimientos y darles una mayor visibilidad.
Las restricciones a la movilidad causan roces
Leer másLa página cuenta con un directorio en el que se encuentran todos los negocios del sector, así como sus redes sociales y números de contacto. También tiene una tienda de e-commerce con productos de veintiocho locales, ofrece la venta de tiques para eventos que se realicen ahí, y una plataforma a través de la que gestores, artistas, músicos y académicos pueden dictar cursos y talleres.
El mes pasado, Cambalache sumó la opción de entrega a domicilio que fue desarrollada con apoyo de la agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), entidad que colaboró con asesoría y financiamiento.
“ACNUR se interesó por la plataforma y nos ayudó a implementar el servicio de delivery, que se hace en bicicletas. También estamos trabajando con chicos de movilidad humana y chicos de aquí del barrio para las entregas. El proyecto ha ido mutando. Creemos que será una herramienta para reactivarnos a través de la economía de goteo. Esto es hacer comunidad, ayudarnos entre todos”, añadió Moshenek.
Hasta noviembre, el 30 % de los establecimientos del barrio, más de una veintena han cerrado sus puertas.
Para Lucas Ortiz, de 21 años, esta impactante realidad es una que ve cercana, pues su padre es uno de los propietarios de un negocio en La Floresta.
“He vivido aquí toda mi vida, y me involucré desde que empezó la idea de crear Cambalache. Mi papá es dueño de un negocio y la pandemia nos ha afectado mucho. Quería participar y ser parte de esto porque es una manera de dar un buen servicio y a ayudar a la estabilidad económica de nuestro barrio”, comentó.
Entre las 09:00 y las 17:00, el joven y otros tres compañeros hacen las entregas que llegan, principalmente de productos como alimentos, bebidas y víveres de primera necesidad.
“La gente ha sido muy amable y muy abierta con nosotros. Les gusta que andemos en bici, porque estamos reduciendo nuestra huella ambiental, y les gusta el servicio que damos”, agrega María de los Ángeles González, quien llegó al proyecto a través de ACNUR.
La comunidad espera que más establecimientos se sumen a la iniciativa y que, el próximo mes, puedan incluir negocios de oficios tradicionales como zapateros y costureras a su directorio.
Quito apuesta al comercio formal para reactivar su economía
Leer másPor ahora, la misión para los creadores de Cambalache es difundir su plataforma por el norte de Quito. “Nos han preguntado si queremos ayudar a replicar la propuesta en otros barrios, pero le estamos dando prioridad a que esta funcione y tenga acogida”, dijo Moshenek.
Además de Cambalache, la asociación de vecinos también alista otras actividades como ferias al aire libre, donde promocionarán sus productos, sobre todo para la época navideña, y el festival de muralismo Arupo, que iniciará en enero del próximo año.