Hecho. Los miembros del Comité, en la foto, sugieren sacar las rejas y convertir en mural las paredes de la obra.

Los vecinos le lanzan una boya a la Piscina Olimpica

Proponen al Municipio regenerar los exteriores del centro de natación. Piden pintar un mural con imágenes de deportistas e iluminarla para recuperar el barrio.

Han logrado transformar su imagen, pero aún buscan más cambios. En el barrio patrimonial del Salado, que limita al norte con la calle Primero de Mayo, al sur con Clemente Ballén, al este con García Moreno y al oeste con el estero Salado, si bien el orden y la tranquilidad, la integración entre vecinos, cada día aumenta y se fortalece, hay problemas “gravísimos” que todavía afean el entorno.

La presencia de trabajadoras sexuales y vendedores ambulantes, el microtráfico de drogas, el incremento en el robo de accesorios de autos y la fetidez de ciertas vías (hoy convertidas en vertederos), han obligado a los residentes a plantearle una propuesta al Cabildo para cambiarle el rostro a este sector a través de la regeneración de los exteriores de uno de sus espacios más icónicos, la Piscina Olímpica, que por falta de iluminación y la simpleza de sus paredes sirve de refugio de infractores.

No es la primera vez que lo hacen, en el 2016 lo intentaron. Pero ahora, asegura Gustavo Rivadeneira, presidente fundador del Comité de Moradores del Barrio Patrimonial del Salado, han logrado cumplir con todos los procesos establecidos por el alcalde Jaime Nebot. “En su momento nos dijeron que consigamos el visto bueno de los directivos de la Federación Deportiva del Guayas que administran la piscina, y a un artista que intervenga en el área, pero por falta de tiempo no se lo logró”. Ahora lo tienen todo: “Sabemos qué se va a construir y dibujar, dónde irán las luminarias. Está todo aprobado formalmente. Solo resta poner la fecha, establecer el monto de la inversión y empezar”.

Según Rivadeneira, se trata de un proyecto integral que cambiará la imagen de este centro deportivo y beneficiará al entorno de esta parte de la ciudad. La Piscina Olímpica o Complejo Náutico Garay-Vallarino, como se denomina, ocupa dos manzanas comprendidas entre las calles Luque, García Moreno, José Mascote y Hurtado.

La idea contempla transformar la fachada de los cuatro muros que conforman el cerramiento con el uso de técnicas de cerámicas de colores que plasmen los rostros de las más importantes figuras de la natación y dirigentes deportivos de atletismo y ajedrez.

“El fin está en dar a conocer la historia de este complejo deportivo, sus fundadores, el antiguo barrio de La Concordia en el que se edificó y muchos otros datos que las nuevas generaciones desconocen”. Y a la vez, agrega Presley Almeida, residente, transformar la imagen eliminando las rejas (de metal) que resguardan la obra y regenerando las aceras, bordillos y creando un sistema de iluminación moderno, que logre erradicar la presencia de malos ciudadanos que “han deteriorado el área con situaciones que atentan en contra de los principios básicos del buen vivir”.

“He visto a los ladrones arrancar los espejos y a esta área transformarse en un burdel urbano”. Clara Domínguez vive hace 18 años en Luque y Esmeradas y considera que el proyecto, además de darle vida al ambiente, motivará al peatón a caminar sin temor.

El área es propicia para hacerlo, agrega Federico Ochoa, residente desde hace 30 años. “Con la renovación nos apoderaríamos de las calles y los espacios públicos. Saldríamos a las cafeterías, a ser parte del comercio y la inversión”. Volverían –coinciden ambos- a ser parte del Guayaquil “bonito” de antaño.

Joel Ramírez Gallegos, a cargo de la elaboración del mural, al momento ha creado ya varios planos con las figuras más representativas de la natación ecuatoriana, entre ellas la de Jorge Delgado Panchana y Mariuxi Febres Cordero, que serán también presentadas al Cabildo para su aprobación en los próximos días.