Venezolanos llenan sedes por cupos escolares para sus hijos
Cientos de alumnos extranjeros se inscriben en el sistema educativo público. Se espera registrar a 16.000 inmigrantes en los planteles del régimen Costa.
A mediados de diciembre pasado, Ziu Molina llegó a Guayaquil, junto a sus dos hijos de 7 y 13 años, luego de viajar durante más de cinco días por carreteras colombianas y ecuatorianas, huyendo de la crisis económica que afronta su país. Ayer, la inmigrante venezolana era una de los cientos de extranjeros que abarrotaron una de las sedes educativas de la ciudad para conseguir un cupo escolar en el sector fiscal.
Estaba un poco nerviosa porque no tenía todos los documentos requeridos para este proceso. “En Caracas el año lectivo comenzó en septiembre y concluye en mayo próximo, pero tuve que sacar a mis hijos del colegio y abandonar mi país para buscar nuevos rumbos para ellos”, indica la mujer, quien en su país de origen laboraba como cajera de un almacén y ahora busca trabajo para ayudar a sus hijos y esposo, quien vino a Ecuador hace dos años y actualmente trabaja en un taller de costura.
Ziu no pudo traer los registros de promociones, ni las libretas de calificaciones de los últimos años cursados por los niños. No obstante, confía en no tener inconvenientes para lograr el objetivo.
“Necesito un cupo para que ellos estudien en una institución pública”, exclamó, al indicar que el sueldo que gana su marido apenas le alcanza para cubrir las necesidades básicas, pero no para costear una educación particular como la que tenían sus hijos en Venezuela.
En la sede educativa, que funciona en el colegio Ismael Pérez Pazmiño, ubicada en la ciudadela Alborada, el personal a cargo de la fase de inscripción -que culminará el próximo 19 de enero- le revisó los documentos y le informó el camino a seguir para obtener el cupo. Ella salió contenta del lugar y dijo que pedirá a sus familiares, que aún están en Caracas, que le envíen algunos certificados que le faltan para culminar el trámite.
En la sede educativa también estaba Rafael Betancourt, del estado de Barinas (occidente de Venezuela), quien deseaba un cupo para su hija de 9 años, que va a cuarto básico. Él está en Guayaquil desde el 2016 y en octubre pasado mandó a ver a su familia. “Han sido duros estos años, pero ya tengo un trabajo con el que puedo mantener a mi esposa e hija. Ahora quiero que la niña estudie en este país, ya que en Venezuela hasta las escuelas se están quedando sin profesores debido a la migración”, anotó.
Pero no eran los únicos extranjeros que buscaban cupos. Mario Villavicencio, colombiano, también inscribió a su hijo que va a primero básico.
“La semana pasada le tomaron al niño un examen de ubicación y está apto para ir a la escuela”, dijo entusiasmado el peruano, porque sabe que su hijo, al igual que los alumnos ecuatorianos, también gozará de beneficios como la alimentación escolar, uniformes, libros y hasta transportación, en algunos casos, de manera gratuita.
En el actual ciclo lectivo Sierra, 16.000 extranjeros se inscribieron para obtener cupo en un centro público. De ellos, 12.000 son venezolanos. Y esta es la misma cantidad que se espera registrar en el régimen Costa. La consigna del Ministerio de Educación es inscribir a todos y asignarles una plaza en los planteles, indistintamente de su nacionalidad.