Venezuela celebra la Navidad sin arepas
El precio de un kilo de harina de maíz -base de la arepa, el plato típico venezolano- se triplicó el miércoles, tras la actualización de precios regulados con miras a estimular la producción y mitigar la grave escasez de alimentos.
El precio de un kilo de harina de maíz -base de la arepa, el plato típico venezolano- se triplicó el miércoles, tras la actualización de precios regulados con miras a estimular la producción y mitigar la grave escasez de alimentos.
El costo de venta de este producto esencial en la dieta del venezolano pasó de 190 a 639 bolívares (64 dólares a una tasa reservada por el gobierno para la importación de alimentos y medicinas), informó la Superintendencia de Precios Justos.
Debido al agudo desabastecimiento, el kilo de harina de maíz en el mercado negro puede llegar a costar hasta 4.000 bolívares, seis veces más que el nuevo precio oficial.
Esta actualización, no obstante, contempla un precio menor del mismo producto (400 bolívares) para los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP), organizaciones comunales creadas por el gobierno en abril para distribuir comida y bienes básicos subsidiados.
La Superintendencia ordenó que los productores deben destinar el 50 % de su producción a esta red de distribución pública.
“Es un nuevo esquema de regulación para no impactar a los sectores de la población más vulnerables”, explicó el superintendente de precios justos, William Contreras.
Más del 70 % de los venezolanos desayuna con una arepa, mientras que casi la mitad de la población la consume en la cena, reflejó el Instituto Nacional de Estadística en un estudio del consumo de alimentos de 2015.
En Venezuela existe un férreo control de precios de los alimentos y bienes de primera necesidad, en tanto la ley fija un margen máximo de rentabilidad de 30 % para todos los bienes y servicios. Para los empresarios estas políticas impiden cubrir los costos de producción y generan pérdidas.
Las autoridades también incrementaron el precio del café molido, que pasó de 694,21 a 1.938 bolívares el kilo (casi tres veces más), mientras el kilo de azúcar subió 80 bolívares a 460, muy por debajo de los 1.530 bolívares a los que aspira el sector cañicultor.
Venezuela tiene la inflación más alta del mundo, proyectada en 475 % por el FMI para 2016. Debido a la caída del precio del petróleo, el país vive una profunda crisis, que en los últimos días se vio acrecentada por disturbios violentos a raíz de la escasez de dinero físico.
Sin embargo, el Gobierno es optimista y en su mensaje navideño difundido ayer por el canal estatal VTV, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aseguró que el año 2017 será un tiempo “victorioso” para el país.
“Después de tanta lucha y sacrificio este pueblo se merece una Navidad en paz, donde reine el amor y la alegría, abrazados a nuestras hermosas tradiciones, preparando hallacas (plato tradicional) para la cena de Navidad”, dice Maduro en un breve vídeo que presentó el diputado chavista Diosdado Cabello.
En tanto, las protestas y saqueos del pasado fin de semana en Venezuela, en rechazo a la salida de circulación del billete de más alto valor, mantienen en prisión a 233 personas, informó la Fiscalía.
La titular del organismo, Luisa Ortega, detalló que en total hubo 424 detenidos, de los cuales 338 fueron presentados ante los tribunales.
De ellos, 223 fueron encarcelados, 79 deben presentarse periódicamente ante la justicia, 16 tienen libertad plena, 9 salieron bajo fianza y uno permanece en arresto domiciliario.
Ortega confirmó que por los “hechos violentos” en nueve estados del país perdieron la vida dos adultos y dos adolescentes.
Los disturbios se desataron el viernes y el sábado tras la decisión gubernamental de descontinuar el billete de 100 bolívares (0,15 dólares a la tasa oficial más alta), el de mayor valor y circulación.
Esto, sin que saliera a la calle -como estaba previsto- un nuevo cono monetario, cuya mayor denominación es de 20.000 bolívares.
El domingo, cuando aún persistían las manifestaciones, el presidente socialista Nicolás Maduro dio marcha atrás y prorrogó la vigencia del billete de 100 hasta el 2 de enero.
Los detenidos enfrentan cargos de “hurto calificado y agravado, agavillamiento, instigación a la desobediencia de las leyes, instigación a la devastación y al saqueo e incendio a edificio”.