Esta de venta Groenlandia
La idea de Donald Trump de comprar Groenlandia ocupó el primer puesto en las noticias mundiales. Se ha considerado que no es tan absurda como parece. Ya Harry Truman, luego de la Segunda Guerra Mundial, intentó comprar Groenlandia por 100.000 dólares. En ese momento el gobierno danés se negó.
Groenlandia, la isla más grande del mundo, seis veces el tamaño de Alemania, pertenece a un pequeño país como Dinamarca. Geográficamente, se encuentra más cerca de América del Norte. El extremo noroeste de Groenlandia está a pocos kilómetros de la costa canadiense. Por el otro lado, Dinamarca se encuentra a más de 3.000 kilómetros de distancia.
Después de los conflictos entre balleneros vikingos, noruegos y de los Países Bajos, que construyeron asentamientos y bases, hubo muchos conflictos hasta que en 1933 Groenlandia pasó a formar parte de Dinamarca.
Resulta difícil de imaginar, ya que el 85 % de la isla está cubierto de hielo. Sin embargo, la isla ártica antiguamente era más cálida. Tras la perforación de las capas de hielo, los investigadores hallaron rastros de ADN de árboles, mariposas y otros insectos.
El clima está cambiando otra vez, las temperaturas están aumentando. Groenlandia está sufriendo dramáticamente el cambio climático. Desde 1990 la temperatura promedio ha aumentado 1,8 grados centígrados en verano y 3 grados centígrados en invierno.
La capa de hielo, que aún tiene hasta 3.800 metros de espesor, y los glaciares se están derritiendo. Además, llueve cada vez más, lo que acelera el proceso de deshielo. Los científicos han calculado que el nivel del mar en todo el mundo aumentaría en más de siete metros si todo el hielo interior de Groenlandia se derritiera.
Hoy en día solo el área costera está habitada, ya que esta zona está libre de hielo. Aquí se encuentran la mayoría de los pueblos y ciudades, incluyendo la capital, Nuuk, que tiene una población de 18.000 habitantes y es la urbe más grande de Groenlandia. Viven 56.000 personas en la isla ártica, que tiene la densidad de población más baja del mundo.
No hay carreteras ni líneas ferroviarias que conecten los pueblos y las aldeas de la isla. Solo hay calles dentro de las ciudades. Para trasladarse de una ciudad a otra, los groenlandeses viajan en avión, barco, helicóptero, moto de nieve o trineo tirado por perros.
Con el cambio climático, la situación puede cambiar. Al haber menos hielo, habrá más zonas habitables. También, al derretirse el hielo se liberan materias primas, como petróleo, tierras raras, gas natural, uranio, entre otros recursos. Esta es la razón por la que Donald Trump la quiere comprar.
Ante este anuncio, la primera ministra de Dinamarca expresó que era un absurdo, lo que provocó que se suspendiera la visita a los reyes de Dinamarca que Trump tenía programada. Por supuesto que la Unión Europea desde Bruselas, su sede, reaccionó en apoyo de Dinamarca en su negativa.
“Groenlandia no está a la venta. Groenlandia no es danesa. Groenlandia es de Groenlandia”, dijo la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen. “Espero sinceramente que esto no sea en serio”.
La jefa de Estado de Groenlandia es la reina Margarita II de Dinamarca. Un alto comisionado representa a la monarquía y al gobierno danés, designado por este último. Groenlandia tiene un parlamento electo de treinta y un miembros. El jefe de Gobierno es el primer ministro del gobierno regional, que suele ser el líder del partido con mayoría en el Parlamento. El primer ministro de Groenlandia es actualmente Kim Kielsen. En 1985 Groenlandia abandonó la Comunidad Europea, aunque Dinamarca continúa siendo parte de esa coalición.
El interés de Estados Unidos consiste en que en Groenlandia abundan los recursos minerales: zinc, plomo, hierro, carbón, molibdeno, oro, platino y uranio. El descubrimiento de petróleo y oro en 1994 promete cambiar la economía, que aún depende en gran medida de Dinamarca, que también representa su defensa y sus relaciones exteriores. A pesar de una reanudación prometedora de las actividades de exploración de hidrocarburos y minerales, todavía tomará varios años que comience la producción de hidrocarburos.
Conclusión. Aunque ya en otras ocasiones dos presidentes han intentado la compra, Trump, exitoso especialista en bienes raíces, ha pensado como hombre de negocios y no como político y estadista. Dinamarca es un Estado con una economía muy floreciente y con un sistema social muy avanzado. Su gobierno jamás entraría en un tipo de negociaciones que disminuyera su territorio. Ya tendrá tiempo para dedicarle más a ese Estado libre asociado que promete mucho, no solo a Dinamarca, sino al mundo entero.