La verbena concordense rinde tributo al pasado
En La Concordia ubicada, en Santo Domingo de los Tsáchilas, se vistieron de gala para celebrar las fiestas de cantonización.
Vistiendo trajes largos y elegantes que llegaban al suelo, además de abanicos y sombrillas, las mujeres del cantón La Concordia en Santo Domingo de los Tsáchilas, caminaron por la avenida Simón Plata Torres, en la tercera verbena que se efectuó por las fiestas de cantonización.
Miles de espectadores se agolparon en las aceras para ver a las mujeres pasar luciendo sus atuendos de la época colonial. Avanzaban acompañadas por sus caballeros, luciendo los mencionados impecables trajes de ‘moda antigua’.
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Un acto popular
Fue como regresar al pasado. Francisca Miranda, de 83 años, quien estaba entre el público, confesó que alguna vez sus antepasados, e incluso ella, usaron vestimentas como aquellas, mientras disfrutaba mucho del espectáculo cultural. “El evento se ha hecho muy popular, hemos participado por tres años y creo que es muy bonito. Recordamos los tiempos de antaño, las vestimentas tan bonitas y la música; estamos viviendo todo lo que teníamos antes”, dijo Elizabeth Vargas, quien junto a su amiga Flor Romero y demás priostes del Divino Niño, de la parroquia Sagrados Corazones.
La mujer confesó su admiración para las mujeres de antaño, que usaban esa indumentaria a diario. “Si bien los vestidos eran distintos a la ropa habitual actual, además que eran menos cómodos, al llevarlos se sentían más bonitas”, refirió.
Verónica Egas coincidió con Elizabeth y comentó que “es un poco difícil manejarlo (vestido), pero es muy elegante. Hay que rescatar esa tradición; la elegancia de la mujer al vestir y caminar les da ese donaire que se complementa con el agitar del abanico, el movimiento de la falda y los accesorios”, explicó.
Ella y sus vecinos del barrio San Rafael 2, pusieron en escena la representación del Chullita Quiteño. Sus indumentarias fueron parte de la imaginación y creatividad de cada una de ellas, sostuvo.
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Rescate a la identidad
La verbena puso en las calles del cantón Tsáchila, la indumentaria de los dos siglos anteriores. La actividad cultural se fortalece cada año y suma más participantes. No solo hay espacio para los trajes fastuosos, sino también para la cultura montuvia, afrodescendiente y de la Sierra. “Trabajamos en el rescate de nuestra identidad, un pueblo sin identidad no es nadie”, precisó Adalberto Velasco, director de la Casa de la Cultura de La Concordia, quien alabó al cabildo por la organización de la verbena.
Un grupo de jóvenes de la institución cultural, entonó música campesina que era común hace un par de décadas. “Estamos mostrando lo que realmente somos en ésta parte de la costa ecuatoriana, enseñando lo que es nuestra cultura”, comentó Velasco. El grupo fue conformado hace cinco años por habitantes de la parroquia rural Monterrey, con sus danzantes, evocan la cultura del pueblo montuvio de la costa y la música folclórica de todo el país.
Una muestra de devoción a los santos
Las verbenas, a nivel mundial, están definidas como celebraciones, que en cada localidad o pueblo tienen un motivo. Algunas de ellas son para ofrecer tributo a santos o a fechas religiosas, también para compartir música autóctona, como en Colombia o Venezuela. En Ecuador, las verbenas más grandes y reconocidas son las de Manabí, específicamente la de Chone, donde cada año en el mes de julio, se celebra su cantonización. El objetivo es recordar y rendir tributo a los ancestros, usando sus vestimentas y compartiendo el popular canelazo, acompañados de música de antaño. Éste evento lo realizan año a año y reúne hasta diez mil espectadores.
Detalle
Vehículos. Se exhibieron varias carrozas que simulaban la forma de transportarse antes que los autos llegaran al continente.