Verificado: Cerro Blanco, rico en flora y fauna
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Los datos dicen más que mil palabras; es por eso que EXPRESO le pasa el polígrafo a las noticias más importantes de la semana con el objetivo de evitar que información falsa o medias verdades se cuelen en el discurso público que reciben los lectores.
Esta semana, el gerente de la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil, Nicolás Romero, mencionó que en el bosque protector Cerro Blanco, considerado por especialistas como el ‘Yasuní’ de Guayaquil, no hay flora ni fauna.
Las declaraciones las hizo el pasado lunes 24 de febrero a otro medio después de una publicación realizada por este Diario en el que el mismo Romero hablaba de la intención de que la ruta hacia el nuevo aeropuerto, que se prevé construir en la zona del Daular, pase por el bosque.
Ese mismo lunes, el Municipio de Salinas desfogó aguas sucias y estancadas, producto de las inundaciones que se habían producido en el cantón, en la playa de San Lorenzo.
Verificado: Se recomendó eliminar el Biess
Leer másLos turistas registraron el hecho y las redes sociales se llenaron de críticas hacia la administración municipal por provocar una contaminación.
El alcalde del balneario, Daniel Cisneros, dijo a EXPRESO que solo se trataba de aguas lluvias, no de aguas servidas, y que estas no estaban contaminadas.
Los hechos fueron analizados y chequeados bajo tres aspectos: verdadero, verdad a medias o ambiguo y falso.
Este Diario pudo confirmar que las declaraciones realizadas respecto al bosque Cerro Blanco, una reserva de 6.078 hectáreas del ecosistema bosque seco tropical de la Costa ecuatoriana, ubicada en el extremo suroeste de la cordillera Chongón-Colonche, son falsas, pues aquel sitio es el hábitat de al menos una centena de especies animales y vegetales.
Mientras que en el caso del desfogue en Salinas, varios especialistas confirmaron la afectación que causan las aguas lluvias estancadas en la salud de las personas.
Problemas dermatológicos, respiratorios y gastroenterológicos, están entre las enfermedades más comunes que pudieron atacar y perjudicar a los turistas que estaban en la playa disfrutando del feriado de carnaval.
¿No hay flora ni fauna en el bosque protector Cerro blanco?
Si el Bosque Protector Cerro Blanco está en la lista de áreas protegidas del Estado, es por su diversidad, y no porque “no hay ni flora ni fauna”, como afirmó en declaraciones a otro medio el gerente de la Autoridad Aeroportuaria de Guayaquil, Nicolás Romero, después de que EXPRESO diera a conocer que los estudios para la autopista alterna hacia el nuevo aeropuerto contemplan entre sus opciones la construcción de un túnel que pretende pasar por un tramo de esa zona.
Cerro Blanco tiene 6.078 hectáreas del ecosistema bosque seco tropical de la Costa. Y es por su diversidad que está considerado “el Yasuní de Guayaquil”, según el máster en Gestión Ambiental, Juan de Dios Morales. La abundancia de la vegetación colabora en el desarrollo de las especies, la flora y fauna, mucho más en esa área. Este ecosistema de exuberante vegetación nativa de bosque seco tropical, forma parte de la cordillera Chongón-Colonche, alberga a 54 especies de mamíferos, 221 especies de aves, 8 especies de anfibios y 12 de reptiles. Además de más de 700 especies de plantas vasculares, el 20 % de ellas, especies endémicas del suroeste del Ecuador.
Ledesma: "Guayaquil necesita una vía al nuevo aeropuerto, pero Cerro Blanco deberá mantenerse"
Leer másEntre las 221 especies de aves, 9 de ellas, están globalmente amenazadas, incluidas el Papagayo de Guayaquil (Ara ambiguus guayaquilensis), el gavilán (Dorsigris), el jilguero afrazanado, y el guacamayo verde mayor, ave símbolo de Cerro Blanco, entre otras, según información que la Empresa Pública de Turismo municipal tiene en su portal oficial. Hay 54 especies de mamíferos, está el jaguar (Panthera onca), el mono aullador (Alouatta palliata), el saíno, 6 especies de felinos y 21 especies de murciélagos. Además hay diversas clases de monos y muchas otras especies de reptiles e insectos.
El gerente de la Autoridad Aeroportuaria también afirmó que fueron alrededor de sesenta bicicletas moviéndose allí los fines de semana los que han ahuyentado a los animales de la zona. Eso también es falso.
El colectivo Masa Crítica publicó un comunicado, esta semana, en donde catalogó de nefastas las declaraciones de Romero. “Quienes circulamos en bicicleta, lo hacemos sin emitir gases contaminantes ni ruido, que claramente sí lo provocan los vehículos a combustión que, bajo varias excusas, circulan dentro de los pocos caminos que existen en Cerro Blanco y en los cuales no hay ningún tipo de control.
Al respecto, el ministro del Ambiente, Raúl Ledesma, en entrevista con este Diario, reflexionó que si bien hay caminos abiertos por ciclistas y toda actividad humana produce un impacto en una zona de ese tipo, hay que pensar. “¿Afecta más una carretera o un paseo de bicicleta?”, cuestiona.
Cerro Blanco está administrado por la Fundación Pro-Bosque, una institución jurídica de derecho privado, sin fines de lucro, creada bajo el Acuerdo Ministerial del Ministerio de Agricultura y Ganadería, el 9 de noviembre de 1992, con el objetivo de proteger y rehabilitar el bosque.
¿El agua estancada afecta a la salud de los bañistas?
Lo confirman todos los médicos consultados por EXPRESO. El hecho de que el balneario de Salinas (Santa Elena) desfogue las aguas de la lluvia directamente al mar, sí genera una serie de daños en la salud de los bañistas. Si bien la versión oficial emitida por el alcalde de ese cantón, Daniel Cisneros, habla de la descarga solo de aguas lluvias (no residuales), estas al caer tienen contacto con el suelo, la basura, animales e insectos; lo que puede producir enfermedades dermatológicas, respiratorias y gastroenterológicas.
“En el suelo uno encuentra todo tipo de contaminantes, incluso hay saliva y orina de personas que pueden estar enfermas. Que todo eso vaya al mar, es gravísimo. Esas aguas, así no sean residuales, no tienen por qué desembocar allí. Lo ocurrido puede provocar intoxicaciones e infecciones severas, crónicas”, precisa Washington Ladines, presidente del Colegio de Médicos del Guayas.
Cisneros: “Este sistema de desfogue no se puede cambiar”
Leer másEl infectólogo Washington Alemán coincide. Para él, así no se mezclen las aguas negras con las de lluvia, el solo hecho de que estén estancadas representa un foco infeccioso grave.
De hecho, para que esos contaminantes se diluyan en el mar, piensa, pasarán varios días. “Cualquier tipo de agua estancada está repleta de gérmenes y sufre la proliferación de organismos diferentes capaces de producir enfermedades, dependiendo de la persona a la que se expone...”. Un ciudadano con diabetes, cáncer, psoriasis, o un adulto mayor, advierte, tiene más riesgo de tener infecciones en la piel.
En un reportaje anterior, Gina Balladares, especialista en el área dermatológica, señaló además que el agua empozada puede dar cabida a una bacteria presente en las aguas sucias como la E. Coli, que es “altamente patógena y produce diarreas y también infecciones intestinales si es ingerida por los bañistas”.
Para Ladines, este tipo de descargas no debe más repetirse. “La responsabilidad de que esto se frene o no, es solo de las autoridades sanitarias y el municipio del cantón. Ambas deben tomar cartas en el asunto. Las aguas, bajo ninguna condición, deben desembocar al mar, no”.