Veterinario ecuatoriano se convierte en un 'papá oso' para cuidar a cachorro perdido

En el corazón de Latacunga, Cotopaxi, un veterinario ecuatoriano se ha embarcado en una misión poco convencional para asegurar el futuro de un pequeño oso andino. Este osezno, de apenas cuatro meses de edad, fue encontrado solo y desorientado en una vivienda deshabitada en Archidona, provincia de Napo. La sospecha es que se separó de su madre, posiblemente debido a la intervención humana o la alteración de su hábitat natural.

Para ofrecer el mejor cuidado posible al osezno, el veterinario Marco Velástegui ha recurrido a una estrategia inusual pero esencial. Se viste con un traje especialmente diseñado, que imita la apariencia y el olor de un oso andino. Esto con el objetivo de que el animalito no vea a los humanos como benefactores, para trata de minimizar en lo posible la intervención del hombre en su desarrollo.

Este traje, hecho de tela peluche y manchado con heces de oso, es una herramienta crucial en el proceso de rehabilitación del pequeño animal, pues no solo sirve para proteger al osezno de la influencia humana directa, sino que también facilita la tarea de alimentar y examinar al cachorro sin que este se acostumbre demasiado a los humanos. 

“El traje puede ser incómodo y caluroso, pero es fundamental para que el osezno mantenga su comportamiento natural”, comentó Velástegui a EXPRESO, mientras se coloca cuidadosamente la indumentaria.

¿Dónde se encuentra refugiado el pequeño oso?

En las instalaciones del Hospital Veterinario Planeta Vida, en Latacunga, el osezno ha encontrado un espacio adaptado a sus necesidades. La habitación de 4x4 metros está equipada con heno en el suelo y estructuras de madera que permiten al cachorro trepar y explorar. El objetivo es que el pequeño animal se adapte a un entorno que simule, en la medida de lo posible, su hábitat natural.

El osezno llegó al hospital con un leve cuadro de deshidratación, pero desde entonces ha mostrado una notable mejoría. La dieta del animal incluye una variedad de frutas, bromelias y ocasionalmente huevo, y se estima que la casa de salud gasta alrededor de seis dólares diarios en su alimentación.

El equipo del hospital aún no ha determinado la causa exacta que llevó al osezno a separarse de su madre. Sin embargo, el doctor Diego Medina, director del Hospital Planeta Vida, menciona varios factores que están afectando a la fauna silvestre en la región, incluidos los ataques de perros domésticos y la expansión de las zonas agrícolas. 

“Hemos observado cómo los perros, incluso aquellos que tienen dueño, forman jaurías y atacan a los animales silvestres, separando a los cachorros de sus madres”, detalla.

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¿Han habido otros casos similares?

Este caso no es el primero en el que el hospital enfrenta la tarea de rehabilitar a un osezno. Diez años atrás, un oso llamado Pinocho fue rescatado en La Maná, provincia de Cotopaxi, bajo circunstancias similares, pero debido a su domesticación, no pudo ser liberado y ahora reside en un zoológico en Estados Unidos.

Mientras el osezno continúa su proceso de recuperación, el equipo de Planeta Vida sigue esperando que pronto pueda regresar a su hábitat natural. La meta es garantizar que el joven oso crezca en un entorno donde pueda desarrollar las habilidades necesarias para sobrevivir en libertad. “Está desarrollando las habilidades que necesita para sobrevivir en su hábitat natural. Ojalá podamos regresarlo pronto a donde pertenece", concluye Medina.

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