Referencial. La detención de la ejecutiva tuvo lugar el 1 de diciembre pasado, en el aeropuerto de Vancouver.

La vicepresidenta de Huawei, primero muerta que sencilla

Su nombre es Meng Wanzhou y lo suyo es el buen vestir. Es por eso que la vicepresidenta y directora financiera de Huawei ha decidido mezclar sus lujosos outfits con el GPS que debe llevar para continuar con la libertad condicional.

Su nombre es Meng Wanzhou y lo suyo es el buen vestir. Es por eso que la vicepresidenta y directora financiera de Huawei ha decidido mezclar sus lujosos outfits con el GPS que debe llevar para continuar con la libertad condicional que le fuera impuesta por un juez en Vancouver, Canadá, mientras se estudia si se la extradita o no a Estados Unidos.

La última audiencia fue el martes 24 de septiembre. Llegó acompañada de un séquito de abogados y de un localizador en el tobillo que ‘hacía juego’ con sus costosos zapatos negros.

Pero caminar por las calles implicó otras condiciones: cumplir con una fianza millonaria, no rebasar los límites de la ciudad y estar siempre acompañada las 24 horas del día por personal de vigilancia —que ella paga de su bolsillo—.

La detención de la ejecutiva tuvo lugar el 1 de diciembre pasado, en el aeropuerto de Vancouver, cuando hacía una escala para viajar a México. Se la acusa de, supuestamente, cometer fraude y violar sanciones comerciales.

Ella tiene el régimen chino de su parte, que sostiene que todo se trata de “una persecución política”. Justin Trudeau, primer ministro canadiense, dice en cambio que su país solo cumple con los tratados internacionales.

Meng Wanzhou nació en China hace 47 años. Su abuelo materno era un alto funcionario del Partido Comunista; su padre abandonó el ejército en 1983 y es el fundador de Huawei.

Ella empezó trabajando en un banco luego de estudiar contabilidad. Pero pronto decidió engrosar las filas de la empresa familiar. Vivió en Vancouver por un tiempo, algo que llama poco la atención pues es una ciudad muy visitada por la élite de su país. Allí tiene dos mansiones, en una de las cuales –valorada en cuatro millones de dólares- se instaló cuando fue detenida, para luego, en mayo de este año, mudarse a la otra, cuyo costo es de $ 11.5 millones.

Desde 2007, está casada con el empresario Liu Xiaozong, con quien tiene una niña de 10 años. Además es madre de otros tres chicos, de matrimonios anteriores.