Victoria y David Beckham, una pareja de poder y belleza
David y Victoria se han establecido en una de las parejas más poderosas y ricas del deporte, la moda y el espectáculo. Hoy celebran dos décadas casados.
El 4 de julio de 1999, la estrella de la selección inglesa, David Beckham y la todavía ‘chica Spice’ se casaban en una boda como ellos: mediática al tiempo que discreta. Luttrellstown, un castillo cerca de Dublín, fue el escenario para darse el “sí, quiero”. Ella llevaba un diseño de Vera Wang y una corona dorada. La periodista española de Diario El País, Maria Porcel, recuerda que solo hubo 29 invitados, entre ellos su hijo Brooklyn, de cuatro meses. Después, la farra con 250 amigos, costó cerca de 850.000 dólares de entonces (aunque recibieron el doble por la exclusiva) y cortaron la torta de tres pisos vestidos de morado, con trajes a juego.
“El de Victoria estaba bien. Yo parecía uno de los tipos de ‘Dos tontos muy tontos’”, recordaba él hace un par de años en la BBC sobre aquellos memorables atuendos. “Incluso tenía un sombrero de copa. Increíble. ¿En qué estaba pensando?”, reía. Pero entonces su estilo, su pose y la unión de sus vidas y talentos lanzaron sus carreras más allá de lo deportivo y lo musical. Se convirtieron, básicamente, en lo que ellos mismos quisieron ser: la imagen del éxito. Lo que, dos décadas después, tratan de replicar Beyoncé y Jay Z, Kim Kardashian y Kanye West o Blake Lively y Ryan Reynolds: una auténtica pareja de poder.
Los Beckham son hoy una empresa que factura millones de dólares. De hecho, tres empresas: una a nombre de cada uno y otra en común. Las cifras que se manejan de sus ganancias son inciertas. Para el diario The Times, están entre las 50 personas que más impuestos pagan de todo el Reino Unido, y acumulan 400 millones de dólares. Para el diario The Mirror, lograron superar los 800 millones de dólares. Otros, como la publicación especializada Forbes, apuntan a que solo David acumuló esa cifa a lo largo de su carrera deportiva.
Si él es mucho más que un futbolista -a través de sus acuerdos con H&M, Adidas, Samsung, L’Oréal -, lo que quedó claro pronto y rápido es que ella era mucho más que una cantante. De hecho, las Spice Girls están tan atrás en su vida que ni siquiera se unió a ellas en su nueva gira. Victoria está del todo centrada en su exitosa y por fin saneada empresa de moda, valorada en más de 100 millones de dólares. Cuando arrancó en esta actividad hace 11 años y tras su imagen de víctima de la moda encaramada a tacones imposibles, con looks a juego con su marido y con cambios de imagen constantes, eran pocos quienes confiaban en su faceta de diseñadora. Lo que parecía un capricho más se convirtió en una de las firmas británicas más sólidas del Reino Unido, con desfiles habituales en la pasarela de Londres, cerca de 200 empleados, tienda online en 50 países y dos boutiques, en Hong Kong y en la capital británica. Una línea que tiene una rama deportiva en colaboración con Reebok y que tendrá otra de belleza a finales de 2019.