Vigencia del Manifiesto de Cordoba

El Manifiesto Universitario de Córdoba de 1918, plenamente justificado en su tiempo, estableció el cogobierno estudiantil, la autonomía universitaria, docencia libre, libertad de cátedra, investigación como función de la universidad y extensión universitaria como compromiso con la sociedad.

Ahora, luego de la Declaración de Bolonia, como se conoce al Acuerdo de 1999 firmado por los ministros de Educación de varios países de Europa en la ciudad italiana de Bolonia, se está diseñando el prototipo de la nueva universidad, mediante un proceso de convergencia para facilitar el intercambio de titulados y adaptar el contenido de los programas universitarios a las demandas sociales, mejorando su calidad y competitividad a través de una mayor transparencia y un aprendizaje basado en el estudiante, cuantificado a través de los créditos, reconocimiento de las individualidades, especifidades y diferencias propias de cada universidad.

Después de 100 años del Manifiesto de Córdoba es necesario que con criterio objetivo se proceda a analizar y reordenar el sistema de educación superior, no se puede vivir anclados al pasado para progresar como países en la sociedad del conocimiento y dentro de un mundo globalizado. La calidad del sistema universitario no se obtiene por decretos o reglamentos, peor permitiendo que los estudiantes impongan lo que quieren estudiar y cómo hacerlo, o que los trabajadores establezcan sus remuneraciones y horas de trabajo; los profesores dispongan de la administración de la universidad o que la política partidista se apodere de las aulas para adoctrinar a la juventud y luego secuestrar la administración de la universidad, repartiendo los vicerrectorados y unidades académicas como cuotas políticas de poder.

Esa mala concepción del cogobierno universitario tiene que cambiar, por tanto, es imperioso revisar su alcance y aplicación.

Es inadmisible que a cuenta del cogobierno o democratización del servicio, en un hospital el enfermo con el conserje, guardián, secretarias y enfermeros, determinen el tratamiento o efectúen las operaciones de los pacientes.