Violencia criminal en Ecuador: el reto de lograr zonas seguras
Descubre cuáles son las recomendaciones clave para las autoridades que serán electas en las próximas elecciones generales
Ecuador pierde territorios seguros. Una muestra de ello fue el asesinato de dos personas en la playa de Salinas, provincia de Santa Elena, uno de los puntos turísticos más importantes del país. En ese caso, uno de los fallecidos fue una de las cuatro víctimas colaterales.
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Leer másEl hecho fue señalado como sicariato por la Policía Nacional y, para el expresidente de la Mesa de Seguridad del Legislativo, Ramiro Narváez, es una realidad lamentable que el país esté perdiendo espacios libres del crimen en lugar de recuperarlos e incrementar la sensación de seguridad.
Por ello, recomienda a quien gane la Presidencia de la República y a quienes conformen la Asamblea Nacional que desarrollen acciones urgentes enfocadas en la prevención.
“Al menos en los espacios turísticos debería primar, como regla, la vigilancia y las acciones de inteligencia y contrainteligencia, no solo en feriados, sino de forma permanente. En ese aspecto, se deben incluir las zonas deportivas, los parques y las áreas de recreación. He visto que los municipios tratan de hacer algo, pero sin el apoyo del Gobierno central son tareas extremadamente difíciles”.
Para el doctor en Gobierno y Administración Pública, Efrén Guerrero Salgado, la violencia criminal en zonas que deberían estar libres de inseguridad responde al dominio territorial vinculado a “la ruta del dinero”, la cual no solo está relacionada con la venta de droga, sino también con delitos conexos como el lavado de activos, la corrupción, entre otros.
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Leer másSostiene que los candidatos que resulten electos deben emprender un ataque integral en diversas áreas de la seguridad, ya que, de no hacerlo, el nuevo régimen terminará “cuidando el negocio del crimen organizado”.
“No lo digo yo, pasó en Tulum, México; en Medellín, Colombia, y en otras zonas de distintos países. La única forma de tener zonas seguras es contando con países seguros, lo que implica un control territorial por parte del Gobierno y el Estado ecuatoriano”.
Añade que la zonificación no puede aplicarse en el país, pues las instituciones encargadas de la seguridad y la justicia carecen de eficiencia debido a la falta de personal, recursos, transparencia y a la contaminación de la corrupción en diversas áreas.
“La planificación territorial no puede basarse únicamente en el turismo, porque al imponer una gentrificación estaremos abandonando el resto de los barrios, ciudades y provincias. El problema es que somos el país del corto plazo y generamos una burbuja de un lugar seguro y costoso, mientras que las zonas más asequibles son las que sufren. Y así no tiene sentido”.
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Leer másPara el estratega en seguridad pública y de Estado, Daniel Adler, los nuevos gobernantes pueden ejecutar ciertas estrategias aplicadas en Italia, México y Colombia para recuperar no solo zonas, sino también ciudades y provincias, con el objetivo de avanzar en la recuperación del país.
“Es posible implementar cambios para que, en 90 días, los territorios muestren mejoras, pero esto debe complementarse con acciones de largo plazo. Lo primordial no es solo contar con un diagnóstico de Ecuador, sino también analizar las amenazas que existen en la frontera y en países cercanos como Perú, Colombia, Bolivia y Venezuela, debido a su posición geográfica. Además, se debe considerar la influencia de China en la producción de fentanilo, así como la de México y Albania”.
Ganar el apoyo ciudadano para colaborar en seguridad
Adler sostiene que “detectar el problema real es el 50 % de la solución” y enfatiza que es fundamental entender la necesidad de contar con “muchísimos ojos que puedan denunciar anónimamente; para ello, se requiere la colaboración ciudadana”.
Sin embargo, advierte que esto no será posible si no se evidencia un cambio en la aplicación de estrategias que generen resultados positivos.
“Debemos poner sobre la mesa que la zozobra y la desconfianza en las instituciones relacionadas con la seguridad están afectando la vida de las personas y, por ende, la gestión del país, impactando sectores como el turismo y el comercio, además de influir en su posición frente al mundo e, incluso, en su orientación ideológica”.