La Virginia

Nombre de la hacienda que perteneció a José Joaquín de Olmedo, hoy un “museo”; pongo comillas porque categóricamente no lo es. Él se merece algo mucho mejor que una casa muy difícil de encontrar y con escasa información sobre su vida. En otros países hay museos históricos. Una amiga acaba de regresar de un viaje, con su nieta, para conocer los sitios históricos más importantes del país que visitó. Me escribe: “...he caminado por donde estuvieron sus próceres [...] y tantos otros abanderados de la libertad, que trazaron el rumbo [...] y que hoy son venerados por niños y jóvenes que en permanente romería visitan los lugares históricos para honrar su memoria y los hechos que ellos protagonizaron [...] algo realmente maravilloso. ¡Qué hermosa manera de sembrar civismo! Qué diferencia con el menosprecio que acá se tiene por la enseñanza y análisis de la historia”.

La casa de la citada hacienda, en el piso alto, tiene el comedor con muebles que no son de la época; también un cuarto con dos maniquíes (Olmedo y esposa) sin ninguna decoración. En su lugar deberían recrearse los momentos épicos de la vida de Olmedo. Hay suficiente espacio para tres o cuatro episodios: 9 de Octubre, Cádiz, firma del Tratado de La Virginia y el 6 de Marzo. En la planta baja podría aumentarse el número de ‘posters’ para incluir todos los logros de Olmedo, los actuales están incompletos. Mejorar el ambiente exterior de la casa, ahora extensión plana sin ningún atractivo. Vender a dólar (dejando una diferencia entre costo y venta para mantenimiento de la hacienda) una microbiografía de la vida de Olmedo, no más de 10 páginas. Crear señalética desde el arribo a Babahoyo, y un gran letrero en la cerca de la hacienda. En opinión del guardián, apenas 240 personas la visitan mensualmente. Un amigo sugiere que para graduarse de bachiller haya el requerimiento de visitar la hacienda. Nos informaron que la Casa de la Cultura de Los Ríos la administra. El Gobierno, a través del ministerio correspondiente, debe asignar un presupuesto digno para Olmedo. El Bicentenario de Guayaquil está a dos años, urge honrar su memoria.