La eterna vista gorda en las cárceles
A la piscina improvisada en el Turi se suman otros casos como la suite de lujo de Óscar Caranqui en el expenal García Moreno de Quito y un cabaré en la Penitenciaría del Litoral
Observar a los presos de la cárcel de Turi, en la provincia del Azuay, improvisar una piscina en el patio central del centro penitenciario sorprendió a más de uno en las redes sociales. El video que aún circula deja de manifiesto el ingenio de los privados de la libertad y, sobre todo, la vista gorda de autoridades carcelarias que sino permitieron este hecho, tampoco lo impidieron.
Reclusos de la cárcel de Turi taponaron las alcantarillas y formaron una piscina
Leer más¡De rippley! Las cárceles de nuestro país se han convertido en cualquier cosa, menos en centros de rehabilitación social. En el Turi, hace una semana torturaron y mataron a unos reos y ahora arman una piscina en el patio, sin ningún control. ¿Qué explicación dan las autoridades? pic.twitter.com/9Y7mfKqaFb
— Cristina Reyes Hidalgo (@CristinaReyesec) February 28, 2020
Pero este no es el único caso en el que personas detenidas buscan, dentro de las cárceles, alguna comodidad extra a la que no deberían tener acceso por su condición de infractores de la sociedad. Uno de los ejemplos es el de Óscar Caranqui (+), narcotraficante ecuatoriano y detenido en abril de 2005, quien gozó de una celda de lujo durante su estancia en el expenal García Moreno de Quito. Cocina, electrodomésticos, un bar con varias marcas de licores, computadora con acceso a internet, dinero, joyas, una televisión adornaban la suite del ecuatoriano asesinado en 2013 en la cárcel La Roca de Guayaquil.
Eso no es todo. El traslado de varios presos de la Penitenciaría del Litoral cuando entró a operar la cárcel La Roca de Guayaquil permitió observar algunos lujos de los que gozaban los presos, como por ejemplo un cabaré. El entonces presidente Rafael Correa, en un recorrido por los pabellones desalojados, entró al improvisado night club dentro de la cárcel. Pese a las condiciones infrahumanas en las que vivían los privados de la libertad, estos lograron instalar despensas de abarrotes, ferreterías y boquetes para acondicionadores de aire en las celdas.
En la cárcel no había presencia del Estado, la manejaban los presos. Esto es derrumbar el viejo país y no hay marcha atrás.
Sin embargo, lo evidenciado en el Turi muestra que la mano del Estado, seis años después de esas declaraciones, aún no se hace presente en las cárceles. Las autoridades carcelarias del centro y del Servicio Nacional de Atención a Personas Adultas Privadas de Libertad todavía no han emitido un comentario respecto al video que circula en redes, si habrá sanciones, quién paga el agua utilizada para que los detenidos se dieran ese privilegio y qué correctivos se están tomando para que esta situación no se repita.