Vivir bien a como de lugar
El 30-11-2012, en mi columna de este diario mencioné que estaban surgiendo nuevos ricos vinculados al sector público. http://www.desdemitrinchera.com/2012/10/16/hay-corrupcion-en-el-gobierno-de-rafael-correa/
Días después recibí un oficio de Fernando Alvarado, en aquel año secretario nacional de Comunicaciones, protestando por expresarme, según él, en términos ofensivos a la moral del Gobierno. Su oficio fue publicado en medios públicos y comentado en los canales incautados; me solicitaba pruebas de la corrupción del Gobierno y me amenazaba con que si no lo hacía quedaría como insultador. Como decía Carlos Julio Arosemena Monroy, los atracos no se hacen por escritura pública. Contesté publicando algunas denuncias. En aquella época los montos de corrupción eran pequeños comparados a los actuales. Hoy la situación es más grave. Los corruptos se sienten tan seguros que hacen gala de sus nuevas casas, viajes, autos, ropa y otros beneficios mal habidos. En decenios anteriores, disimulaban sus incorrecciones y delitos encontrando la forma de gastar sin alardear ante la gente.
Hace mal el Gobierno en negar que el escándalo Odebrecht involucraría a personas del sector público, cuando recién está saliendo la información a la luz. Acusa sin pruebas al Departamento de Justicia de EE. UU. de tener intereses creados. Las ventas individuales de numerosas empresas de ese país son mayores al PIB de Ecuador. Nuestro país no le quita el sueño al sistema judicial estadounidense, conocido por destapar la corrupción mundial, ejemplo, el escándalo FIFA; tiene 200 años de ser justo e imparcial, el nuestro es cuestionado. Debería más bien urgir la información para tomar medidas.
La obsesión por acumular dinero a como dé lugar es la dinámica de la corrupción. Para muchos tener gran cantidad de dinero es señal de éxito. Conozco personas que se sienten frustrados porque sus hijos ven el éxito en logros no excesivamente monetarios. Hay parejas que se han divorciado porque uno de los cónyuges es austero y no disfruta del lujo desmedido. Para muchos el parecer triunfador se relaciona con derroche.
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