La vulnerabilidad de la seguridad del Estado

La vulnerabilidad de la seguridad del Estado

Un día después de la ceremonia militar por el Día del Ejército y el cambio de mando en la cúpula militar, cargada de reproches y de alta tensión, el vicepresidente de la República, Jorge Glas, atizó la discordia con más calificativos contra los militar

Un día después de la ceremonia militar por el Día del Ejército y el cambio de mando en la cúpula militar, cargada de reproches y de alta tensión, el vicepresidente de la República, Jorge Glas, atizó la discordia con más calificativos contra los militares en servicio pasivo que durante ese acto castrense abandonaron la tribuna cuando el presidente Rafael Correa iba a pronunciar su discurso.

El segundo mandatario los tildó ayer de “politiqueros”, “malcriados”, “retrógradas que no construyen patria”. Y apostó una funda de confites a que parte de ese grupo de hombres vestidos de negro, que dijeron estar de luto por las Fuerzas Armadas, se postularán para las elecciones de febrero del 2017.

“Los que se levantaron son el viejo país, las viejas visiones... Actitudes malcriadas no representan ni a la tropa ni a los oficiales de nuestras Fuerzas Armadas”, dijo Glas durante el enlace sabatino de ayer.

Según el general (r) Paco Moncayo, exalcalde de Quito, y el coronel (r) Patricio Haro, las expresiones de Glas, del presidente Correa y del ministro de Defensa, Fernando Cordero, exacerban el malestar y la vulnerabilidad en las filas castrenses, que deben estar concentradas en atender la seguridad interna y externa del Estado.

“Un presidente declarando la guerra a los militares. Militares accionando una manera de repudio en una ceremonia de las Fuerzas Armadas, en la escuela militar. Esto no ha pasado nunca en el país”, señala el general Moncayo, quien asegura sentirse avergonzado por lo que está ocurriendo.

Calificó al hecho de insólito, inadmisible, inaudito. “Jamás se ha usado el micrófono y el podio de la escuela militar para hacer politiquería”, asegura. Por tanto, dice, siente el deber de llamar a la prudencia, a la racionalidad y al respeto. “Ya solo falta que se pongan a insultar a los cardenales, a los obispos”.

Moncayo dice que el conflicto nace del ministro de Defensa, Fernando Cordero, quien llamó la atención al alto mando mediante un oficio publicado en Twitter y en Facebook, que contradice los más elementales principios de la gestión, la administración y la relación jerárquica. “Escuchamos a un ministro de Defensa utilizando adjetivos de chifladitos, sabelotodo”.

Asegura que el conflicto crece porque el presidente Correa cree que está por encima del bien y el mal, de la Constitución, de las leyes y el respeto a las instituciones y a las personas, y crea discordia entre las distintas jerarquías y hace críticas groseras en las sabatinas.

El coronel Haro insiste en que la desestabilización del sistema democrático no proviene de las Fuerzas Armadas, como lo asegura Correa, sino del poder político, que incentiva a que exista por lo menos un enfrentamiento entre la oficialidad y la tropa, que vulnera la seguridad del país frente a las amenazas que están presentes, entre ellas el posible desplazamiento de guerrilleros colombianos hacia Ecuador cuando se firme el acuerdo de paz, en La Habana, entre las FARC y el Gobierno colombiano.

“Con Fuerzas Armadas vulneradas por el enfrentamiento entre oficiales y tropa, Ecuador estaría en una situación muy difícil de seguridad”, sostiene.