Yunda deja la Alcaldía en 3, 2, 1...
Aunque con piola, hasta los correístas le dieron la espalda al alcalde de Quito. La próxima semana, un nuevo pedido de remoción será acogido por el pleno del Concejo.
Confirmado: a Jorge Yunda ya no lo quiere nadie. Ayer, el alcalde de Quito, que lleva semanas huyendo (literalmente, es decir, a la carrera) del Concejo Metropolitano, no tuvo más remedio que convocarlo, contra su voluntad, para no incurrir en (otra) causal de destitución. Lo hizo nomás para constatar que las opiniones sobre su gestión están divididas: unos quieren que renuncie; otros quieren echarlo. Cercado así entre lo político y lo judicial por su vinculación con casos de corrupción rampante, el futuro del alcalde capitalino se cuenta en días.
La sesión de ayer, continuación de la que él mismo clausuró abruptamente el martes para no escuchar más críticas, tuvo lugar en Yaku, el Museo del Agua: otro barrio popular donde el alcalde cuenta con barras bravas. Si en el mercado de Chiriyacu sus fuerzas de choque cercaron a los concejales de oposición y lograron que se sintieran francamente inseguros, ayer la Intendencia de Policía actuó a tiempo: tomó posesión del lugar y dejó fuera a todos aquellos que no tenían que ver con la sesión.
Los concejales del correísmo 'desconocen' al alcalde Jorge Yunda
Leer másLo más destacado de la jornada fue el lavado de manos colectivo de los concejales correístas (ocho de 21). Cuando la crisis de corrupción estalló en el Municipio, con Yunda como protagonista, fueron ellos quienes lo mantuvieron a flote y lo protegieron de los pedidos de renuncia de la oposición. Parece, incluso, que el alcalde se reunió con Correa vía Zoom (por lo menos no fue capaz de negarlo cuando se le preguntó directamente) y llegó a considerar el triunfo de Andrés Arauz en las presidenciales como su única salvación posible. Ayer, sin embargo, los concejales correístas, uno tras otro, lo negaron con más convicción que San Pedro a Cristo. ¿Yunda? ¿Quién es Yunda?, fue lo único que les faltó decir, siguiendo el ejemplo de su líder.
Quienes cogobernaron con este alcalde ineficiente y sospechoso de corrupción fueron ellos, dijeron en coro los correístas señalando a los concejales de CREO, Izquierda Democrática, Concertación y Unión Ecuatoriana, mientras los aludidos hacían circular un documento que parecía probar lo contrario. Se trataba de una extensa lista de funcionarios de Yunda que provenían del gobierno de Correa: sus secretarios de Salud, Seguridad y Comunicación, sus gerentes de Obras Públicas, Agua Potable y la Empresa de Pasajeros... Correístas todos.
El caso es que los concejales de la Revolución Ciudadana decidieron, en la sesión de ayer, no pedirle la renuncia a Jorge Yunda, como los demás, sino iniciar el proceso de su remoción. El mecanismo está normado por la ley, tarda entre 20 y 25 días, contempla la presentación de pruebas de descargo y se parece, en todos sus pasos, a un juicio político de la Asamblea Nacional. Al fin y al cabo, un concejo municipal comparte con el Legislativo idéntica función fiscalizadora.
El único problema, para el correísmo, es que tal procedimiento concluye con el nombramiento del vicealcalde para sustituir al alcalde. En este caso Santiago Guarderas, que no es santo de su devoción. Para evitarlo, lanzaron un globo de ensayo: nombrar una “comisión especialísima”, propuso Brith Baca, que se haga cargo del asunto. Porque si se va Yunda, dijeron, deberían irse quienes cogobernaron con él, es decir, todo el mundo menos ellos. El correísmo quiere alzarse con la Alcaldía y no lo disimula.
El desenlace de esta historia podría iniciarse la próxima semana. Está previsto que Marcelo Hallo, del colectivo de ciudadanos Quito Unido, presente un nuevo pedido de remoción del alcalde (el anterior fue aplazado por Yunda hasta su caducidad). Esta vez, el pleno del Concejo Metropolitano parece dispuesto a llevar el proceso hasta el final. La Alcaldía de Jorge Yunda tiene los días contados.
Yunda huye del Concejo y van tres
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