5 razones para inculcar el ballet desde la infancia
La bailarina profesional Maria Clara Ambrosini detalla por qué esta actividad ejercita no solamente el cuerpo, sino también la mente.
Desde hace cientos de años, el ballet ha sido practicado por miles de personas en todo el mundo. Sin importar la edad del bailarín, esta danza es una disciplina que otorga una gran variedad de beneficios para quien lo practica. Así lo menciona María Clara Ambrosini, balletista profesional y directora de la academia Artium, quien da a EXPRESO algunos detalles sobre esta actividad y explica por qué motiva a los padres a que incentiven a los más pequeños de la casa a practicarlo.
- Es un arte que te culturiza. Al estar en contacto con la danza de forma académica, es necesario investigar y aprender sobre su historia, bailarines más importantes, música y más temas.
- Incentiva la responsabilidad, concentración, perseverancia y disciplina. “Se podría pensar que al entrenar todos los días, te hace descuidar los estudios pero es todo lo contrario. Uno se vuelve más responsable en todas las áreas de la vida porque crea una rutina que se mantiene a largo plazo”, dice Ambrosini.
- Fomenta una buena memoria (al tener que coordinar sus movimientos físicos con la musicalización), habilidades de sociabilización y ayuda a disminuir el estrés. Además, dentro del área psicológica ayuda a potenciar la creatividad y trabajo en equipo.
- Aumenta la flexibilidad, autoconocimiento del cuerpo y ayuda a corregir malas posturas. Al practicarlo desde la niñez, fomenta el desarrollo de las habilidades motoras, coordinación y disociación de brazos y piernas.
- Requiere un alto esfuerzo físico ya que los movimientos del ballet están basados en el control total de todos los músculos del cuerpo desde la cabeza hasta los pies. “Es una disciplina de alto rendimiento como cualquier otro deporte. Las prácticas pueden tener varios niveles de dificultad y considero que el ballet es un ejercicio cardiovascular”, comenta Ambrosini.
¿Desde qué edad se puede practicar?
Ambrosini afirma que desde los tres años ya se puede introducir a los pequeños al ballet de forma básica. A partir de los seis, se puede comenzar a fortalecer los músculos porque ya están más desarrollados.
