Adolescentes digitales, cada vez más consumidos por las pantallas
El uso excesivo podría ser pesadilla. Desde bajo malas notas hasta problemas de salud mental. Es necesario que ellos y sus padres reaccionen.
El timbre no para de sonar. A cada instante hay una notificación en Instagram, TikTok o Whatsapp. Aquello puede durar horas, incluso llegar hasta la noche, mientras de fondo se escucha la voz de una madre que pide a gritos al adolescente apagar el celular.
Resiliencia: El poder de iniciar
Leer másSi bien en algunos momentos el uso de las pantallas puede ser inofensivo, en otros, se convierte un vicio que llega a ser una pesadilla.
Es por eso que cada vez hay más colectivos de psicólogos, orientadores familiares y psicopedagogos haciendo campañas para informar los efectos que tiene el uso excesivo de estos dispositivos tecnológicos, tal como se hace con las adicciones al alcohol, el tabaco y las drogas.
Incluso, la problemática ha sido abordada como tramas en series. Este año, la actriz Kate Winslett ganó la estatuilla de los premios Bafta, como Mejor Actriz principal por la serie I am Ruth, que aborda el problema de padres que no pueden comunicarse con sus hijos adolescentes, porque son ‘rehenes’ de los contenidos en línea.
“Para los jóvenes que se han vuelto adictos a las redes sociales y sus lados más oscuros: esta no tiene por qué ser tu vida”, fue una de las frases que dijo en su poderoso discurso.
En SEMANA dialogamos con expertos sobre la exposición prolongada que es cada vez más habitual y la importancia de actuar antes de que afecte la salud mental de los chicos. g GMR
- Dos horas al día bastan
Tabletas, smartphones, internet, redes sociales, videojuegos online… Hoy más que nunca, hay un amplio abanico a disposición de los niños y adolescentes. Y por ello, los padres se ven obligados a encontrar la respuesta a una pregunta de cajón: ¿Cuánto tiempo debo permitirle estar frente a las pantallas?
Los expertos defienden un máximo de dos horas al día. Y lo avalan con estudios. Florence Breslin, del Laureate Institute for Brain Research, explica que a medida que crece el tiempo de uso de los dispositivos, se observan cambios en la estructura cerebral que consisten en “una disminución del grosor de la corteza y del volumen de sustancia gris”.
Otros estudios apuntan a la salud mental. El análisis de una muestra poblacional de más de 40.000 niños y adolescentes en Estados Unidos concluyó que usar más de una hora de pantalla al día causa deterioro del bienestar emocional, y como consecuencia hay depresión, ansiedad y déficit en la calidad del sueño.
Para la psicopedagoga Daniela Maquilon, la sobreexposición tiene que ver con la dopamina (la hormona del placer). “Esta proporciona una recompensa cuando se realiza una actividad que resulta placentera, que en el caso de estos chicos, sería las redes sociales y los juegos. De ahí que a medida que recibe un “me gusta”, o un comentario, se produce una descarga de esta hormona en el cerebro que lo satisface”. En definitiva, recomienda educar a los hijos sobre los tiempos, plantear reglas, hacer control y explicarles los riesgos que puede conllevar. “No se trata de quitarles el dispositivo sino de reeducarlos”, precisa.
- Banderas rojas
La psicopedagoga Daniela Maquilón explica los riesgos del uso excesivo de dispositivos electrónicos.
‘Nepo babies’ una carrera bajo la sombra familiar
Leer más- Salud mental: Al estar expuestos constantemente a las redes sociales, estas pueden llevar a la ansiedad (por lograr el follow, like o comentario) o a la depresión en el caso de que no consiga esas “recompensas inmediatas”. También puede experimentar trastornos del sueño.
- Rendimiento académico. La distracción por horas con los dispositivos electrónicos, hace que deje en último plano la realización de tareas y demás obligaciones del colegio. Esto repercutirá en sus calificaciones.
- Capacidad de socializar. Estar conectados en redes sociales pero desconectados con su entorno es otro riesgo, ya que empiezan a tener también dificultades para desarrollar la forma de comunicarse con una persona cuando la tienen de frente.
- Su seguridad. Aumentan las probabilidades de que sean víctimas de ciberacoso, sexting, compras en línea sin permiso, suplantación de identidad, tener contactos peligrosos, y otros riesgos.
- Control parental
- Family Link: Está diseñada por Google, para que los padres puedan controlar de forma remota el dispositivo de sus hijos. Ayuda a establecer contenido solo para la edad de ellos, limitar permisos como localización, acceso a micrófono, cámara y también monitorear el tiempo que pasa mirando una aplicación.
- Qustodio: Es ideal para configurar el tiempo de acceso a internet cada día de la semana, bloquea o limita juegos o aplicaciones, ayuda a localizar a sus hijos en el GPS, y le permite hacer un seguimiento de llamadas y mensajes que recibe.
- Norton family: Ayuda a mantener la jornada escolar de sus hijos libre de distracciones de internet, ya que permite definir tiempos y bloqueo instantáneo de la pantalla. También hay límites de qué páginas visita, su geolocalización, entre otros beneficios.
- Conéctelos con la realidad
Para la orientadora familiar Sofía Benavides, gran parte de los casos de adicción a las pantallas se da por negligencia de los padres “sobre todo, cuando cualquier excusa sirve como pretexto para dar el celular o la tableta al adolescente. Excusarse porque “están ocupados” , y les dan la pantalla para que se acabe el problema, eso tiene que corregirse”, dice.
La adicción a las pantallas no debe mirarse por encima. “Al conectarse los chicos a estos dispositivos tecnológicos, se desconectan de sí mismos y del entorno que los rodea”, añade.
¿Pero, cómo saber que su hijo ya tiene sobreexposición? “El cambio de humor, la irritabilidad, agresividad, sudoración de las manos, respiración agitada y poca tolerancia son algunos de los síntomas que presentan cuando se los aleja de los dispositivos”, refiere Benavides.
Si reconoce estas manifestaciones, es importante que los padres y la familia se involucren en las terapias “reciban la información necesaria y puedan ayudar al hijo (a). Sobre todo, porque en la adolescencia, ellos suelen mostrar una rebeldía que es propia de la edad, están en búsqueda de identidad, y lo que más necesitan es tener un núcleo familiar fortalecido. Ahí es donde deben sentirse conectados”.
A modo de tips, Benavides sugiere establecer acuerdos familiares, control parental, entre otros criterios que permitan establecer normas de uso de los equipos tecnológicos. Y que los padres les den a su hijo la suficiente confianza para que planteen dudas, preocupaciones y contarles todo lo que hay en ese abanico en línea.
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