Almas gemelas, espíritus afines
Encontrar esa ‘otra mitad’ y ser felices para siempre, en un amor incondicional y perfecto es el anhelo de muchos. Pero, ¿qué es verdad y qué es ficción?
El concepto soñador e idealista de lo que se conoce como alma gemela ha sido alimentado desde siempre por la literatura, la filosofía e, incluso, por el cine.
Pero Walter Riso, psicólogo especialista en relaciones de pareja, lo borra todo de un plumazo y, al hablar sobre esa media naranja, asegura: “No soy una fruta, soy una persona, tengo todo lo necesario para sentirme completo y para vivir una vida plena sin necesidad de que otras personas me completen. Mi felicidad depende de mí, no de la otra media naranja. No me creo los cuentos de hadas, ni creo en los príncipes azules ni en las princesas ni en las ideas románticas. Creo en mí, en mi posibilidad de hacerme feliz”.
Y parece tener toda la razón: pensar de esta manera idealista refuerza relaciones afectivas que, a futuro, derivan en desilusión, frustración e infelicidad, como si fuese posible encontrar a ese alguien perfecto sin necesidad de trabajo, construcción, madurez, apoyo. Todos sabemos que aquello es solo una utopía.
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Las almas gemelas o espíritus afines no tienen nada que ver con el sentido comercial y romántico que se le ha dado a través del tiempo. En verdad, el concepto se refiere a dos personas que tienen una conexión especial más allá del tiempo y del espacio que han estado juntas en vidas pasadas y que se reencuentran ya sea como padres, hermanos, amigos o pareja.
Como sostiene Brian Weiss, psiquiatra estadounidense, “el amor no termina, ni siquiera con la muerte, porque la muerte no existe, solo la vida”. Por lo tanto, el reencuentro con los seres queridos es una realidad.
De hecho, muchas de las cosas que viviremos ya están programadas: quiénes serán las personas más importantes de nuestra vida, las que conoceremos, los reencuentros, los compañeros de alma. El destino y el libre albedrío interactúan, no son contradictorios sino complementarios. Las almas gemelas se vuelven a encontrar una y otra vez, no por accidente ni por casualidad, sino por destino.
Conciencia plena en busca de la felicidad
Leer másEn realidad no se trata de conocerse sino de reconocerse, ya que el alma es atemporal.
Aunque, a veces, alguien que se reconoce interfiere su ego, su lógica, su cultura o su sociedad, y no siempre se imponen el amor y el corazón sobre los obstáculos y la mente consciente. En ocasiones resurgen los miedos y las trabas de vidas pasadas, pero esta vez para trabajarlos y superarlos.
- Tenga en cuenta
Si al conocer a alguien tiene la grata sensación de “conocerlo de toda la vida” y la relación fluye y se convierte en un amor desinteresado y sin egoísmos, más allá del tipo de relación, posiblemente está frente a su alma gemela.
- No nacemos incompletos ni divididos. Nuestra plenitud no depende de encontrar nuestra alma gemela, porque somos seres completos tanto a nivel físico, emocional como espiritual.
- Es incorrecto decir que si dos personas no necesitan palabras para entenderse son almas gemelas. La comunicación verbal y no verbal, la capacidad de escucha y la empatía son necesarios para relaciones humanas sanas y constructivas.
- El alma gemela no siempre concuerda en todo. Gustos, valores y maneras de ver la vida pueden ser distintos, aunque una misma visión, sin duda, facilita cualquier relación.
- No confunda conceptos. Las almas gemelas no son una sola que, en un momento, se dividió y reencarnan en otro cuerpo en una búsqueda incesante para juntarse otra vez. Esa idea se ajusta más a una novela romántica.
* Terapeuta y Reiki master. Instagram: @alejandra gomezmayol