
Andrea y Melissa: Opuestos inseparables
Con una propuesta versátil e innovadora, las hermanas demuestran su talento y experiencia en la cocina donde se baten a dúo cumpliendo sueños.
A borbotones entra el sol de la tarde e ilumina, redondo, una exuberante y colorida mesa donde se despliega, íntegro, un universo de colores, sabores y olores que explotan todos los sentidos… El reloj marca las 15 menos 3 y con Karina Defas, gran fotógrafa y compañera de ruta, miramos extasiadas los manjares dispuestos para la sesión de fotos. Mi estómago resuena de hambre, pero el decoro me obliga a sostener las ansias de probarlo ¡todo!
Andrea y Melissa salen al encuentro con una fría botella de vino blanco y la sorpresa resulta doblemente grata: ambas son regias, súper simpáticas y claramente talentosas. Dueñas, además, de un exquisito refinamiento que se refleja, puro, en cada gesto y detalle. Visten con prolijidad límpidos jeans blancos y blusas de finos encajes que adosan, como chefs que son, unos delicados delantales confeccionados por su amiga, la diseñadora guayaquileña Verónica Carbo (¡yo quiero uno!).
Altísima Andrea y Melissa no tanto, a medida que pasan los minutos, las diferencias de ambas se acentúan. Diría que son el yin y el yang personificados, es decir ¡opuestos inseparables! Aunque son hermanas, comparten el mismo oficio y viven juntas en un hermoso departamento en el centro-norte de Quito -las dos son solteras y sin compromiso-, su individualidad se traduce inequívoco. Cada una tiene su propia especie, ritmo y distinción, lo que se marca más aún en su propio reino.
La mayor, Andrea, es más introvertida y metódica, le gusta estar en casa y en control total de esta. También es temática en su alimentación -no come dulces ni grasas-, y es la experta que se luce en los postres. Su cake de caramelo Muñeca ha batido récords de ventas. Además el detalle y diseño le apasionan -lo que se nota en cada una de sus mesas-: “Soy perfeccionista y me gusta mucho el detalle en cada cosa que hago”.

Melissa, una bomba de energía se mete a todo el mundo en el bolsillo. No se priva de las delicias que preparan, aunque intenta siempre cuidarse. Ella es quien lidera las relaciones públicas de su empresa, Las Velasco Catering. Camina de un lado a otro -no importa la distancia- en busca de productos óptimos por calidad y variedad y, en la cocina, es la responsable de las especialidades de sal que ofrecen a sus clientes: “Nuestras fortalezas son la perfección, calma y paciencia de Andrea y yo soy más intensa. Eso también es importante porque ¡estoy en todo! Me fijo en lo que pasa y en lo que no. Por lo general, estoy en media pista de baile chequeando hasta el último detalle en cada evento”.
Con el tiempo, ambas han logrado una dinámica equilibrada en tiempos y espacios para una convivencia y trabajo armónico. De hecho, con el afán de lograr orden y organización dividen horarios para cocinar y preparar lo que a cada una le corresponde: “Hay paciencia y respetamos nuestros espacios”, cuenta Andrea, y Melissa añade: “La planificación es básica. Yo hago mil cosas al mismo tiempo y Andrea es más calmada… entonces las dos en la misma cocina ¡casi nunca!” (risas).
Después de comandar su propio restaurante, años atrás, el emprendimiento que llevan adelante ha resultado un éxito no solo por los productos que ofrecen, sino porque han sabido manejar el mercado de los eventos con eficiencia y óptimos resultados: “Tener nuestro restaurante fue un gran aprendizaje hasta que, finalmente, entramos en el mundo de los eventos. Esto es lo que realmente nos apasiona”, cuenta Andrea.
Las Velasco vienen de una amplia familia en la que se aprecia y valora la preparación de la comida y el compartir, como elementos infaltables de unión y cariño. Sus abuelas fueron grandes cocineras y ambas crecieron en esta suerte de dinámica en la que la cocina ha sido parte intrínseca de su formación y crecimiento. No es de sorprender, entonces, el destino que les deparaba. Andrea ha realizado varios cursos de pastelería y Melissa estudió gastronomía en la UDLA, de donde salió a enfrentar este voraz mercado en el que se sale victorioso si se tienen las agallas y un verdadero talento. Más tarde decidieron unir sus fortalezas y emprender con lo que saben hacer y apasiona.
“Ha sido una montaña rusa ¡literal! Empezamos haciendo postres, también como ‘wedding planners’ y eso fue un ‘fail’ completo. Pero siempre nos gustó el tema de los eventos… así fuimos ampliándonos a eventos de hasta 400 personas”, dice Melissa.
De madre guayaquileña y padre bahiense, María, la tercera hija del matrimonio, es propietaria de Las Velasco Cakery, un conocido espacio de postres en Bahía de Caráquez, donde pasan tiempo disfrutando de la familia, asentada en esa localidad hace décadas: “Nos encanta ir a Bahía, ahí estudiamos el colegio y es nuestra casa”, comenta Melissa.
Durante la pandemia salieron ‘avanti’ en este quiebre que afectó el sector: “Compartir recetas en las redes ayudó bastante”, dice Andrea, mientras Melissa amplía: “Grabamos videos de recetas durante un mes. Luego hicimos comida ‘concepto’ congelada… nunca dejamos de trabajar, así sea en cosas pequeñas. La competencia somos nosotras mismas tratando de mejorar cada día”.
Con su empresa consolidada y un gran equipo humano en el que se apoyan, las hermanas Velasco enfrentan los desafíos de esta industria en la que se destacan cumpliendo sueños propios y los de otros también.

Cara a cara
¿Cómo ha sido la aventura hasta hoy?
Andrea: Este trabajo es súper entretenido, también muchas veces agotador… pero el resultado final siempre nos llena de satisfacción y felicidad.
¿Cómo resumiría su trayectoria?
Melissa: De las fallas se aprende y hemos adquirido experiencia trabajando a presión. Ahora organizamos eventos de 400 personas sin estresarnos y felices de la vida porque amamos lo que hacemos.
¿Cómo han superado las dificultades del camino?
Andrea: Cada una es un mundo, pero con el cariño de hermanas todo se supera.
¿Qué las destaca en el mercado?
Melissa: La creatividad, la abundancia en nuestras mesas, los colores, escogiendo siempre los mejores productos. En más detalle, los postres que hace Andrea son una locura y nuestras mesas de piqueos son siempre innovadoras y repletas de platos diferentes.
Andrea y Melissa: ¿Hacia dónde se proyectan?
Andrea: Con mucho esfuerzo y dedicación esperamos seguir con un servicio personalizado, una de las cosas más importantes en este negocio. Queremos seguir creciendo y ofrecer nuestro trabajo a otras ciudades.
Melissa: Seguiremos preparando todo nosotras, desde las salsas hasta las recetas más complicadas, siempre con la ayuda de nuestro increíble equipo de trabajo.
- RECETA
Canasta de hojaldre con camembert
Ingredientes: 1 masa de hojaldre pre-lista, 1 queso brie.
Para la mermelada de frambuesa: 150 g. de frambuesa, 1 tz. de azúcar, 3 cucharadas de vino tinto. Dejar hervir a fuego bajo hasta que tenga textura de mermelada y dejar enfriar.
Preparación: Estirar la masa de hojaldre con un rodillo, poner el queso brie y encima la mermelada ya fría. Precalentar el horno a 250°C por 10 minutos. Hornear por 35 minutos. ¡Y listo para degustar!
