Andrea Tello: “Mi misión es que la filigrana no desaparezca”
Lleva 18 años trabajando en esta tradicional técnica orfebre. Sus diseños se han exhibido en países como China, Francia y Japón.
Es la tercera generación de una familia cuya vida gira en torno al mundo de la joyería. Su pasión por el diseño y la cultura andina la han llevado a exponer su trabajo alrededor del mundo. Andrea Tello, una de las diseñadoras de joyas más destacadas del país, recibió a SEMANA en la ‘Atenas del Ecuador’ para dar más detalles sobre lo que la ha motivado a trabajar con filigrana por cerca de dos décadas.
Infancia de ‘oro’
Desde niña, todas las conversaciones en los almuerzos o reuniones familiares abordaban el tema sobre el oro, diamantes o piedras preciosas. Su abuela, Imelda Córdova, tuvo una de las primeras joyerías en Cuenca hace más de 70 años y años después, sus padres y tíos continuaron el legado, al convertirse en comerciantes de joyas con locales en la calle Gran Colombia.
“En el cajón del escritorio de mi abuela, había unos empaques llenos de piedras preciosas y yo jugaba con ellas. Una de las cosas que más me gustaba era hacer mis propios diseños y acompañar a mi papá donde los artesanos para ver cómo era el proceso de elaboración”, recuerda.
Después de graduarse del colegio, se mudó a Estados Unidos y allí vivió por siete años para estudiar en la universidad (Marketing) y hacer una maestría en Relaciones Públicas. Al regresar a su ciudad natal a los 24 años, tomó la decisión de involucrarse profesionalmente en el mundo de la joyería porque sentía que así podía desarrollar su creatividad y elaborar piezas únicas con diseños de autor.
Abraza sus raíces
Desde sus inicios como diseñadora, tuvo la pasión por resaltar la belleza de la cultura ecuatoriana en sus trabajos porque antes de irse a vivir a Estados Unidos, estudió cosmología andina con un chamán e investigó más sobre el tema. Su primera colección se basó en los significados y formas que tiene el vestuario de la mujer indígena de Otavalo.
“Mi objetivo era que cuando las personas vieran a una otavaleña utilizando las faldas negras y los chales, conozcan por qué lo hacen (simboliza el luto a Atahualpa), y también respeten a quienes han mantenido esa tradición de generación en generación. Lo importante no es solo hacer joyería, sino contar una historia para realzar nuestras raíces”, explica Andrea.
Amor por la filigrana
A pesar de que su familia trabajaba con oro, ella se inclinó por la plata y los diseños en filigrana. Esta antigua técnica orfebre, que entrelaza finos hilos de plata entre ellos, es lo que caracteriza sus diseños a nivel internacional. Para la creativa, la filigrana es de gran significado en la cultura e historia andina.
“Empecé trabajando con artesanos de Gualaceo y Chordeleg (conocida como la tierra del oro y la plata) hace unos 15 años. Los capacito y creo talleres en donde tengan toda la maquinaria que necesitan. La idea es que trabajen conmigo y luego ellos tengan sus propios negocios. Lo más importante es enseñarles la técnica, mi misión es que la filigrana no desaparezca”.
Viajando por el mundo
La elegancia, calidad y detalles únicos de su trabajo con la filigrana la han llevado a hacer exposiciones y ferias en decenas de países como Israel, Japón, Irán y Kuwait. Entre las maestrías que ha realizado para desarrollarse profesionalmente, Andrea cuenta que la de Kraft Design (diseño de artesanías) le abrió muchas puertas internacionalmente. “A través de eso, me contactaron en Colombia y China. En el país asiático di ‘workshops’ en el Centro de Arte Público de China por casi 9 años. Si crees en ti, puedes llegar al cielo”, recalca.
Entre los eventos que más recuerda con orgullo cita su exposición en el Museo del Louvre y la muestra realizada en la sede de la Unesco en París, en el marco de la celebración por el décimo aniversario del Día Mundial de la Diversidad Cultural para el Diálogo y el Desarrollo.
Su presente
Continúa exponiendo sus joyas en una galería de Estados Unidos, desde hace tres años. “Mis piezas se venden como obras de arte en diferentes partes del mundo como Hong Kong y París”.
Reconoce que, debido al confinamiento, por la pandemia, el año pasado disminuyeron las ventas de joyas, pero ahora se muestra optimista y preparada para seguir mostrando al mundo el talento de los artesanos locales.
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Leer más‘Colores’, una de sus más recientes colecciones, está inspirada en la vestimenta indígena de las mujeres riobambeñas. Su mayor sueño es lograr más reconocimiento dentro y fuera del Ecuador para dar a conocer sus raíces y el amor que siente por ellas. “Me enfoco en fusionar la modernidad y la tradición. Impulsar el consumo del arte local es una motivación para todas las familias de los artesanos que trabajan por años y años en esta profesión”.
Al aire libre
- Vive en Cuenca.
- Luego de varios años de recorrer el mundo, ahora disfruta del tiempo que tiene para capacitarse en varios cursos y pasar tranquila en casa.
- Ama las montañas y desde hace varios meses practica andinismo. Para ella, no hay mejores vacaciones que disfrutar de la naturaleza.
Personal
- Tiene 42 años.
- Diseñadora de joyas y orfebre.
- Máster en Relaciones Públicas, Docencia Universitaria y Kraft Design.
- Obtuvo el Reconocimiento a la Excelencia Artesanal por parte del programa de la Unesco.
CRÉDITOS. Fotos y producción: Vanessa Tapia. Estilismo de moda: Alejandra Paredes (@aleimagenpersonalynegocios) Vestuario: Dorotea (@dorotea_ec) y Aliqora (@aliqora.moda) Maquillaje: Priscila Alvarado (@priscilamakeupstudio) Peinado: Maira Veintimilla (@maira_hairdresser) Locación: Mansión Alcázar (@mansionalcazar)