Andrea Vernaza: “Todos tenemos algo de artistas”
La diseñadora textil guayaquileña forma parte del grupo Panamá Siete, que expone una muestra pictórica en la ciudad.
Todo lo que Andrea Vernaza tiene para decir está justo ahí, frente a los ojos del espectador. En su paleta vibrante de tonos, en cada flor que se abre entre los frondosos árboles que pinta, o en las figuras que salen de sus trazos.
“El arte refleja la esencia de cada uno”, dice. Y todos cambiamos. Tras veinte años de pausa en el mundo artístico, esta guayaquileña vuelve a manifestarse usando la pintura como un medio.
Aquellas obras están expuestas en el Museo Luis A. Noboa Naranjo tras su llegada desde Panamá, país donde está radicada. Pero no llegó sola. Vino junto a otros artistas con los que formó el grupo Panamá Siete y organizaron una muestra pictórica en el marco de las fiestas de fundación de Guayaquil.
Siendo la única ecuatoriana del grupo, y con título diseñadora textil, contó para SEMANA cómo se fue introduciendo en ese universo de pinceles, formas y colores, para crear obras que mueven almas.
Su influencia textil
El dibujo y la pintura, con los que entró en contacto desde la niñez, dejaron en Andrea huellas profundas.
Ese ímpetu la llevó a explayar su esencia creativa tras terminar la secundaria. Con apoyo de sus padres viajó a Estados Unidos, donde estudió en el SCAD (Savannah College of Art and Design) y se graduó como diseñadora textil.
Su talento era tal, que la llamaron de Panamá para trabajar en una compañía donde diseñó telas para exportación. Es así que a sus 23 años se mudó a este país de Centroamérica y empezó a recorrer las principales ciudades del diseño. “Viajaba mucho a las ferias textiles de Barcelona, París, Los Ángeles y Nueva York como parte del oficio”, recuerda y agrega: “Yo cuando quería comprar diseños míos acudía a las textileras de Guayaquil y me mandaba a hacer ropa, ya que en Panamá no podía hacerlo”.
Sin embargo, a la par de su trabajo, la pintura no entendía de pausas y presentó sus obras en exposiciones individuales en Panamá, Guayaquil y Miami.
“Dentro de la carrera universitaria me enseñaron técnicas de pintura”. De ahí que estas se fusionan con el diseño.
En mis cuadros se nota la formación textil. Es como si vieran telas. A medida que voy pintando hago capas y puedo llegar a hacer hasta cinco
Si bien el arte era una constante en su vida, decidió parar “porque creo que hay tiempo para todo. Llegó el matrimonio y luego la maternidad”, dice sobre esta maravillosa etapa que le ha dejado cinco hijos.
Por eso, al revisar su currículum se puede apreciar que durante dos décadas estuvo alejada de los pinceles. Y que desde hace cuatro años se atrevió, de nuevo, a dejarse inspirar en su estudio de Panamá.
De Panamá para Guayaquil
Aunque los textiles ocupan un lugar importante en su historia, decidió volcar su inspiración hacia los lienzos. “Todos nacemos con un don, pero siempre hay uno que destaca. Yo hice de aquel mi pasión y encontré mi nicho. En la pintura he podido desarrollar todo el aprendizaje que tuve en la universidad y en estos años”, afirma.
Antes de volver a los cuadros, hizo caligrafías para sombreros, e incluso pintaba sobre diseños de carteras o ropa en pro de rediseñar la moda.
Pero aquello no la llenaba del todo. Fue en la pandemia cuando los días puertas adentro la llevaron de nuevo a plasmar su arte sobre lienzo. En su casa destinó un lugar para que funcione su taller, y ahí empezó a salir de aquella pausa que tuvo por 20 años.
Si bien antes acostumbraba a pintar en Batik (pintura en seda) ha ido explorando otras técnicas. “Mi arte es muy figurativo. Siempre hay caras, mucho color, pero ahora hay técnicas mixtas (acrílico con óleo)”, comenta.
Con el fin de que sus creaciones recorran los museos, decidió agruparse con otros artistas y crearon el colectivo Panamá Siete. A finales del 2021, decidieron que su primer proyecto sea exponer el arte panameño en Guayaquil durante las fiestas julianas. Y por eso están en la ciudad. Luego de esta muestra, tienen más ideas puestas sobre la mesa.
Su arte no se detiene
“Es mentira que la inspiración llega sola. Uno tiene que sentarse a pintar, así salga bien o mal. ¿Cuándo llega el gol soñado de Messi? Después de muchas horas de practicar”, ejemplifica.
Es así que tras horas de pintar en su estudio mientras escucha podcast o música, va creando.
Y ya sea que esté en Panamá o Guayaquil, no niega que siempre está boceteando en un pequeño diario que guarda en su estudio. “A mí siempre me ha inspirado el trópico, sus colores. Por eso en mis cuadros no hay grises ni negros”. Y el hecho de que Panamá tenga costa, le recuerda a su ciudad natal. De ahí que las tonalidades vibrantes se hacen presentes al pintar.
Tras esta exposición su arte no se detiene y se prepara para una muestra individual, en la que incluirá pintura sobre cerámicas. “El artista siempre busca experimentar. Nunca está trabajando en una sola cosa, siempre anda en varios proyectos a la vez. No es estático”. Y es lo que pasa en su día a día.
“Todos tenemos algo de artistas. Y creo que a la larga el arte va a salvar el mundo”, concluye.
Sobre ella:
- Guayaquileña, pero reside en Panamá desde hace 28 años.
- Casada y mamá de cinco hijos.
- Es diseñadora textil.
- Obtuvo el premio a la ‘Mejor pieza graduada de la facultad de textiles’ en el SCAD.
- Sus más recientes obras están expuestas en el Museo Luis Noboa Naranjo, en la muestra que comparte con el grupo Panamá Siete.