
Un aperitivo diario con alto contenido en grasa y azúcar modula el cerebro
Las alteraciones cerebrales observadas fueron, según los autores, independientes de los cambios en el peso corporal y los parámetros metabólicos.
Barritas de chocolate, patatas fritas o de bolsa, ¿por qué es difícil ignorarlas? Científicos han demostrado que los alimentos con alto contenido en grasa y azúcar modifican nuestro cerebro: si se comen regularmente, aunque sean en pequeñas cantidades, el cerebro aprende a consumirlos en el futuro.
Detrás de esta investigación, que se publica en la revista Cell Metabolism, están científicos del Instituto Max Planck de Investigación del Metabolismo (Colonia, Alemania) y de la Universidad de Yale, Estados Unidos.
Los dividieron en dos grupos. A uno de ellos, con 26 participantes, se les dio una vez al día y durante ocho semanas un pequeño pudin que contenía altos niveles de grasa y azúcar, además de su dieta normal.
Los otros 23 participantes recibieron un pudin que contenía el mismo número de calorías pero con menos grasa y azúcar.

Los investigadores midieron la actividad cerebral de los voluntarios antes y durante las ocho semanas y concluyeron que el consumo diario de un tentempié con alto contenido en grasa y azúcar altera los circuitos de recompensa en humanos y disminuye la preferencia por los alimentos bajos en grasa y azúcar.
Las mediciones de la actividad cerebral mostraron que el cerebro se "reconfigura" a sí mismo mediante el consumo de patatas fritas y otros productos del estilo. "Subconscientemente aprende a preferir los alimentos gratificantes", detalla Marc Tittgemeyer, que dirigió el trabajo.
"A través de estos cambios en el cerebro, inconscientemente siempre preferiremos los alimentos que contienen mucha grasa y azúcar", subraya.