Arte precolombino desde la contemporaneidad

Imágenes icónicas del arte en comunión con vestigios precolombinos. La fotografía no solo como la receptora de un instante, sino con la fuerza para captar el más mínimo detalle de una pieza. Una figura Jama Coaque en su estado natural y en 3D permiten un acercamiento al pasado, presente y futuro. Una muestra que evoca a la memoria desde lo lúdico.

Así es la propuesta del artista Gonzalo Vargas (Quito, 1976) que se aprecia en el Museo Casa del Alabado, en Quito. Se trata de ‘Colisiones y Ensayos’, la cual responde al programa de investigación y exposición ‘Zarigüeya/Alabado Contemporáneo’ que llega a su sexta edición.

“Recibí esta invitación con entusiasmo. Me resulta importante generar un encuentro con las piezas de este Museo (Alabado), sus relaciones con los periodos de tiempo, el interpretar ahora a estos vestigios como obras de arte”, señala Vargas con el asombro de un niño.

La intuición le permitió construir esta exhibición que se nutre de las figuras antropozoomorfas -sobre todo Jama Coaque y La Tolita- de nuestras culturas aborígenes para dar paso a ilustraciones digitales, fotografías de mediano y gran formato, objetos de arcilla y un video animado. “Siento que las piezas me eligieron a mí, y una vez que me escogieron pude trabajar con ellas en un pequeño taller que montamos en el Museo”, explica.

Las figuras, en su mayoría, son pequeñas y pertenecen a la reserva del Alabado. “Son objetos cargados de historia, pero que se podrían considerar como un arte menor. De ahí la idea de reflexionar sobre qué es el arte, la interpretación de una pieza en relación con el momento en que fue concebida, lo que se sujeta a hipótesis para explicar lo que representa hoy en día, el producir un diálogo estético y que a la vez se entienda su importancia arqueológica en el tiempo”.

Vargas da dos golpes a la banca donde está sentado para “tocar madera” y dice: “Imagina, que no pase, que ahorita por un terremoto se cae este hermoso lugar. Pasarán los años y, seguramente, el ‘drive’ o las computadoras que contienen la ‘info’ de la exposición no podrán ser usadas por nuevas generaciones, pero estas piezas serán encontradas y permitirán seguir reinterpretando los tiempos que nos anteceden”.

El tiempo, y los procesos sociales que habitan en él, termina siendo gravitante en ‘Colisiones y Ensayos’. Sobre esto, Manuela Moscoso en su texto curatorial escribe: “Vargas investiga los procesos de producción de la imagen y sus dimensiones políticas, especialmente en relación con la construcción del relato histórico moderno en fricción con el proceso colonial en América Latina”.

Y así, historia y arte se funden en una sala del Alabado para dar paso a un diálogo con todo el Museo, convirtiendo a la muestra en un puente para aproximarnos a lo precolombino desde la contemporaneidad, un puente que se puede cruzar hasta octubre 2021, y que vale la pena atravesarlo.

MUSEO CASA DEL ALABADO

Se encuentra en el Centro Histórico de Quito. La casa, ubicada en las calles Cuenca y Bolívar (cerca de la Iglesia de San Francisco), es una de las más antiguas: fue construida a finales del siglo XVI.

Actualmente, a través de una importante colección arqueológica, propone un acercamiento a nuestras culturas precolombinas a través de una muestra permanente, exhibiciones temporales y una agenda cultural marcada por la investigación.

Justamente, el programa ‘Zarigüeya/Alabado Contemporáneo’ es un espacio de investigación y exposición para generar un encuentro entre el pasado y presente desde las piezas artísticas y arqueológicas del Alabado, las cuales pertenecen a culturas aborígenes que datan del 7000 a.C. al 1500 d.C.

Gonzalo Vargas es parte de la sexta edición de este programa, que antes contó con los trabajos de Tamar Guimarâes, Caroline Achaintre, Adrián Balseca, Osías Yanov y Asier Mendizabal.