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En ruinas. Dos personas recorren la zona de canchas del complejo de Asenir. Los pocos alumnos que hay no las usan por el deterioro.Freddy Rodriguez / Expreso

Asenir intenta rehacerse de una histórica crisis de más de cuatro años

Oenegé regenta dos planteles en los que se educan chicos especiales. Con capacidad para 400 alumnos, hoy no pasan de 50. Esperan apoyo del Municipio

Hasta hace cuatro años, el lugar donde en estos días retozan cinco iguanas silvestres, estaba poblada de niños, jóvenes y hasta adultos, quienes se educaban en las dos unidades educativas que regenta la Asociación Ecuatoriana para Niños con Discapacidad Intelectual Regular (Asenir), en su complejo ubicado en el sector de Kennedy Norte.

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Eran otros tiempos. Entonces, en las aulas que rodean las canchas, patios, áreas verdes y recreativas (hoy, roídos y avejentados), había hasta 400 educandos. Hoy, apenas asisten 50.

“Queremos revertir ese panorama, triste para una ciudad donde muchos niños, jóvenes y hasta adultos con discapacidades se quedan en casa, sin la atención que su caso y sus familias lo requieren”, dice Claudia Álvarez, quien en su momento educaba a su hijo en Asenir. Hoy es parte de un equipo de profesionales que está buscando la manera de revertir el panorama.

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2. Aulas vacías. Apenas cinco niños ocupan una de las aulas del plantel.Freddy Rodriguez / Expreso

¿Cómo llegó la institución a esta fase de crisis? Ángel Sereni Granja, un abogado y empresario guayaquileño, que hace cerca de 25 años colabora con la institución, lo puntualiza en tres momentos. La vigencia en 2017 de la Ley de Inclusión Educativa, la emergencia sanitaria por la pandemia de la COVID-19 y la obligación de clases virtuales. “Con la ley, cerca del 50 % de nuestros alumnos se fueron a las escuelas fiscales. Sus padres pensaban que iban a encontrar una verdadera inclusión. Pero aquello no funcionó. Fue un fracaso”.

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En 2019, Mariana Sereni de Vallarino, la presidenta de Asenir, le comentó a EXPRESO que “cada año se inscriben menos chicos, pues muchos padres no tienen para pagar la pensión y los llevan a una escuela regular”.

En esos días ya se hablaba de “una de sus peores crisis en sesenta años” y que por primera vez en su historia, su directiva tuvo que pedir un préstamo para pagar a los maestros y ponerse al día con los servicios básicos. Lo de hoy es peor. “Tenemos una deuda impaga de más de 60.000 dólares”, agrega el abogado Sereni. Deben al IESS, al Cuerpo de Bomberos, al Municipio...

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3. Abandono. Los juegos mecánicos aparecen en estos días retorcidos y despintados.Freddy Rodriguez / Expreso

Lo que no han perdido es la esperanza de que esto cambiará. “Aspiramos a mejorar el próximo año”, alega Claudia Álvarez. Para esto, le han solicitado al Municipio que les rehabilite las instalaciones. “Allá afuera hay muchos niños y jóvenes con discapacidades que están en casa, porque la mencionada inclusión educativa que proponía el Estado nunca fue real. Se lo dice una madre que tiene un hijo con discapacidad”.

El pedido, según información de Asenir, se encuentra ya en análisis del departamento de Infraestructura municipal. “Tras los arreglos, iniciaremos una campaña para recuperar a nuestros alumnos”, agrega Álvarez.

Una oenegé en busca de voluntarios

Asenir administra dos unidades educativas, la Ab. María Esther Martínez de Pazmiño y la Lic. Gabriela Pesantes de Duarte. La primera, con educación especial, la otra de integración. “Esta institución ejecutaba la inclusión educativa hace más de 50 años, antes de la ley generada por el Estado”, dice Claudia Álvarez. Como oenegé nació el 26 de septiembre de 1962, entonces tenía cerca de 50 miembros. Hoy solo hay 8. “Necesitamos voluntarios que vengan a apoyar esta labor”.