¿Te asusta hablar en público?
Sentir nervios es normal, pero el miedo a hacerlo te puede robar grandes oportunidades profesionales y sociales. Véncelo con los siguientes tips.
Ana, de 30 años, inventa enfermedades, viajes y más excusas con tal de no dirigirse a audiencias (familiares o laborales). La propuesta dificulta su respiración. Hacerlo le recuerda las risas que recibió en exposiciones colegiales. Este temor puede aparecer bruscamente tras una experiencia humillante o estresante.
La venganza nunca es buena...
Leer másEs más usual en los adolescentes porque pasan por el proceso de evaluación de su grupo, indica Bella Palma, miembro de la Federación Ecuatoriana de Psicólogos Clínicos, quien dice que influye tener progenitores sobreprotectores, exigentes, poco o nada afectuosos, que no apoyan a sus hijos inhibidos y usan la vergüenza si no lo hace excelente. Desde un ligero nerviosismo a un momento paralizante de pánico con respiración y voz entrecortadas, tartamudeo, bloqueo mental, temblor, alteración gástrica y desmayo son los síntomas.
Los resultados
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Leer másLos que evitan hablar pierden ventajas profesionales, académicas, sociales; esto trae baja autoestima, insatisfacción, culpabilidad, etc. Quienes sí lo hacen aumentan las posibilidades de entrevistas laborales, tienen mayor credibilidad y atención en reuniones de trabajo, captan clientes para proyectos, etc. En lo personal, se les facilita la integración en grupos sociales, sus opiniones son tomadas en cuenta, se los percibe seguros.
¿Qué hacer?
- Ensayo: Antes de exponer, párete frente al espejo o alguien de confianza y empieza tu discurso. Hacer esto da seguridad.
- Respiración diafragmática: Oxigena la sangre y baja la tensión. De pie presiona con un par de dedos la zona donde termina tu esternón e inicia el abdomen. La otra mano extendida ponla sobre el pecho y respira por la nariz. Que el aire vaya hacia abajo como si fueras a llenar la barriga. Mantenlo así por segundos.
- Pausa: De 5 segundos, antes de empezar. Así te habitúas a estar frente a quienes vas a hablar.
- Bebe agua: Antes y durante el discurso. El cerebro detecta la hidratación y desinhibe la sensación de peligro.
- Ejercicio: Hazlo por la mañana o antes de la ponencia. Reduce el estrés.
- No rigidez: Haz gestos y movimientos, sin exagerar. Tener algún objeto pequeño en las manos canaliza los nervios.
- Escribe: Anota tus temores o dudas. Rompe el papel y bótalo. Te sentirás aliviado luego de realizar esta actividad.
- Felicítate: Lo hiciste. ¡Ah!... y no te compares con otros y recuerda pulir tus errores.
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Quienes hablan en público aumentan las posibilidades de entrevistas laborales, tienen mayor credibilidad y atención en reuniones de trabajo, captan clientes para proyectos, etc. En lo personal, se les facilita la integración en grupos sociales.